El monstruo de la ansiedad
Todos hemos sentido ansiedad; sentimos el nerviosismo fluyendo por nuestra sangre, la opresión en el pecho, y esa sensación que no se disipa por más que lo intentemos.
No es raro que nos sintamos identificados con estos síntomas. La mente traiciona hasta tal punto que hasta tal punto que todo tu cuerpo resiente los síntomas. Puedes empezar a modificar tu comportamiento y tu sistema hace visible que algo por tu mente no está bien.
Si tienes ansiedad por un próximo proyecto, una presentación importante, la espera de una respuesta… no hay tanto qué hacer. Está muy identificado el porqué te sientes así.
Sin embargo, si esta sensación no te abandona, no sabes por qué te sientes así y afecta tu día a día, ahí ya tienes un gran foco rojo.
La ansiedad al despertar
Es terrible despertar el día con este sentimiento. Es algo que te impide mover, que no te deja levantarte con tranquilidad. Mucho más allá de la flojera o el tedio de iniciar tu día.
Sientes como te paraliza como un miedo o nerviosismo, y parece ser un verdadero acto de heroísmo continuar tu vida sin atender estos síntomas. Pero, es demasiado peligroso no darle prioridad.
¿Qué hacer para mejorar?
Lamentablemente no hay una vacuna o una pastilla que te haga resolver tu inconsciente. Son monstruos que no has resuelto los que te hacen sentir de esa manera. ¿La solución? Enfrentar tu pasado, y todos esos miedos que has enterrado.
La mejor y única forma de vencerlos completamente es yendo a terapia psicológica. Tenemos muy penada a quienes van; aquellos que se sienten mal, tienen muchos problemas o son débiles.
Sin embargo, todos necesitamos ir para conocernos mejor y no caer en estas dinámicas. Porque todos estamos expuestos y somos vulnerables.