A sus 26 años, Doménica Jarrín ha decidido transformar su pasión por el periodismo y su amor por la comunidad en una misión poderosa: impulsar la salud mental como una prioridad para todos.
Egresada de la carrera de Periodismo de la Universidad Central, Doménica no solo sueña con un cambio, sino que trabaja activamente para lograrlo, a través de su proyecto “Inquebrantables”.
“Hoy en día, todavía existe un tabú alrededor de ir al psicólogo. Es algo que debemos normalizar, porque cuidar nuestra salud mental es tan importante como cuidar nuestro cuerpo”, asegura Doménica, quien está decidida a abrir espacios de conversación y acción en torno a este tema.
Su proyecto, “Inquebrantables”, tiene un enfoque integral para mitigar la violencia psicológica y fomentar la salud mental en Quito. Con campañas de concientización en medios tradicionales y digitales, busca llegar al corazón de la comunidad, recordándoles que no están solos y que pedir ayuda es un acto de valentía.
La candidata también mencionó que busca establecer alianzas con fundaciones para ofrecer apoyo legal y psicológico a las víctimas, y así también impulsar talleres que las empoderan para reconstruir sus vidas.
Pero Doménica no solo es una defensora de la salud mental; también tiene una conexión especial con su barrio, Carcelén, donde participa activamente en brigadas vecinales que refuerzan la seguridad comunitaria.
Además, su amor por los animales la llevó a ser voluntaria en un refugio, brindando hogares temporales a varias mascotas en situación de calle.
Cuando no está trabajando por su comunidad, Doménica disfruta de las pequeñas cosas que hacen único a Quito.
Su lugar favorito es el Centro Histórico, que le trae recuerdos de infancia, paseos con sus abuelos y deliciosos sándwiches de pernil. Y cuando hablamos de gastronomía, no duda en mencionar sus favoritos: las tripas, la guatita y las empanadas de viento.
En sus palabras, “chévere” define no solo el espíritu quiteño, sino también su actitud ante la vida: auténtica, cercana y llena de propósito. Con su proyecto “Inquebrantables”, Doménica Jarrín demuestra que, a veces, los sueños más grandes comienzan con pequeños pasos llenos de empatía y compromiso.