Alguna vez dijo Woody Allen que “masturbarse es hacer el amor con la persona que más quieres”, y estamos convencidas de que la masturbación femenina es un reflejo de nuestro amor propio, que nos trae beneficios realmente grandiosos en el terreno sexual, tanto física, mental y emocionalmente. Es una de las llaves del autoconocimiento para identificar zonas erógenas y lograr un mejor sexo, con el que descubres claves que te acercan a más y mejores orgasmos, que hasta te pinta una sonrisa con cada nuevo hallazgo.
Aunque la masturbación puede ser practicada a solas o en pareja, esta vez nos dedicaremos a mencionar esos momentos donde solitas disfrutamos de nuestra sensualidad y del placer, haciendo de la imaginación nuestra mejor aliada.
Al despertar
Cuando despiertas más temprano de lo habitual, y tu cama se siente riquísima que piensas que sería mejor quedarte ahí que levantarte a tus ocupaciones; sientes la suavidad de las sábanas y una frescura que te hace deslizarte por todo el espacio, aprietas las almohadas entre tus piernas y como es muy probable que traigas poca ropa, cedes relajada al encanto del momento ensoñador. Puedes disfrutar de la primera luz con una masturbación no muy enérgica, pero que será suficiente para activarte en el resto de día.
Al leer o ver una película
Además de los libros eróticos, muchos otros de los que leemos esconden fragmentos excitantes (algunos bastante calientes), y que no contemplabas. Sí, desde los libros clásicos de Hermann Hesse, de García Márquez, hasta de Umberto Eco, Cortázar y Milán Kundera o cualquiera de tus favoritos que no sospechabas que en la trama absorbente se asomaría un episodio sensual que cada autor lo describe con una maestría y estilo propio. Seguro que te mueve más de una fibra, y hasta un par de dedos.
Pasa también con las películas, que al ser más gráficas son a la vez sumamente estimulantes en esas escenas de pasión, explícitas o sutiles, y que te encaminan a masturbarte.
Escuchando música
Los sonidos pueden despertar un sinnúmero de emociones. A lo mejor te ha pasado que escuchando alguna en particular empieza a ponerte un poco horny y bueno, nada mejor que seguir explorando esa sensación. En gustos se rompen géneros (o tímpanos), pero te dejamos una clásica de clásicas que a solas y relajadita veamos qué te provoca; en efecto “Je t’aime… moi non plus” con Serge Gainsbourg y Jane Birkin.
Después de ejercitarte
Luego de una rutina de ejercicio y que has producido una buena cantidad de endorfinas, por lo menos ya tienes una ventaja a tu favor: estás lubricada. Aunque estés cansada, una sesión de estimulación sexual y aplicando ahora sí energía al trabajo manual con tus dedos o con un vibrador, el orgasmo se asoma para darte una recompensa inigualable.
Si eres de las que practica los ejercicios de Kegel, ampliamente recomendados, compleméntalos con la masturbación y siente entre tus dedos ese movimiento en el que contraes tus músculos ¡Uy riquísimo!
En la regadera
Este momento brinda la oportunidad de conocer mejor día con día nuestro cuerpo y sus capacidades sensoriales; podemos palpar la sensualidad que reflejamos y apreciarla como un tesoro íntimo, que aunque solemos compartir, sólo nosotras lo entendemos. El agua en tu cuerpo y la sensación escurridiza es muy excitante, masturbarse en la regadera, deslizando nuestras piernas, tocarnos los pechos y las nalgas húmedos, es un placer obligado a la hora del baño.
Cuando llueve
Cada quien percibe la lluvia de manera distinta, a algunas nos relaja al grado de sumergirnos en una introspección única y a otros les provoca insomnio cuando llueve de noche, por ejemplo. Prueba relajarte también sexualmente con la lluvia; una opción es acercarte a la ventana, seguir el compás del agua en el exterior con el ritmo de tus dedos, y dejar que la piel se te ponga “de gallina” con el viento fresco ¡Disfrútalo!
En realidad momentos hay muchos, y tú eliges cuál es el propicio para darte amor y placer a solas. Pero no dejes pasar la oportunidad de destinar tiempo y espacio para esta práctica esencial en las mujeres. Atrévete a seguir descubriendo tu cuerpo cada vez más. ¿Cuáles son tus momentos más excitantes a solas?