Isabella Salvador, diseñadora guayaquileña, es un ejemplo de cómo la pasión y la perseverancia pueden romper barreras y llevar el talento ecuatoriano a los más altos escenarios de la moda mundial. Desde crear su propio vestido de primera comunión hasta deslumbrar en París, su historia es inspiradora.
Un sueño desde la infancia
“Desde los cinco años supe que quería ser diseñadora de modas”, recuerda Isabella. Este sueño la llevó a estudiar diseño en Ecuador, Argentina y España, construyendo una base sólida que combina creatividad y dirección integral. Su formación incluye diseño de modas, producción, estilismo y hasta maquillaje, habilidades que consolidaron su capacidad para dirigir proyectos de manera completa.
Superando retos locales
Regresar a Ecuador tras su formación fue desafiante. “En 2007, la profesión de diseñador estaba en pañales. Costaba que la gente valorara el diseño como algo más que replicar ideas ajenas”, comenta. Sin embargo, Isabella logró destacar rápidamente gracias a su trabajo constante, convirtiendo un pequeño taller en Guayaquil en la marca que hoy conocemos como Isabella Salvador Couture.
Deportes y diseño: dos mundos que se cruzan
El running, una pasión personal, también jugó un papel crucial en su carrera. Mientras entrenaba para una maratón en Berlín, una lesión la obligó a pausar ese sueño, justo cuando llegó una nueva oportunidad: desfilar en la Semana de la Moda de París. “Todo pasa por algo”, reflexiona. La disciplina que adquirió en el deporte se trasladó a su profesión: organizar una colección nueva en solo un mes fue, según ella, “como correr una maratón”.
“Etérea”: el debut en París
Inspirada en el ballet clásico, “Etérea” es una colección que combina tules, transparencias y corsés con detalles que evocan delicadeza y elegancia. “Las críticas internacionales la describieron como ‘breathtaking’ y ‘perfectly delicate’. Logré transmitir exactamente lo que quería”, dice emocionada. “Etheria” posicionó a Isabella como una diseñadora que celebra la feminidad en cada detalle de sus creaciones.
La feminidad como bandera
Para Isabella, “no hay nada más bello que la mujer”, y su estilo romántico busca resaltar la belleza y comodidad de quien lleva sus diseños. Con una visión clara y un enfoque integral, Isabella no solo diseña ropa, sino también historias que conectan emocionalmente con su público.
Un legado en construcción
Equilibrar su rol como madre y diseñadora no ha sido fácil, pero Isabella lo ha logrado gracias a una disciplina incansable. Su historia es un recordatorio de que los sueños, cuando se persiguen con pasión y esfuerzo, pueden llevarnos a lugares que antes solo imaginábamos.
Hoy, Isabella Salvador es mucho más que una diseñadora; es una embajadora del talento ecuatoriano en el mundo y una inspiración para quienes sueñan en grande.