La hora del baño es uno de los placeres que por fortuna se repite, si no cada tres como la comida, al menos una vez diariamente, y representa la gran parte de mi arreglo personal, que es básicamente natural y effortless.
Una de las maneras de hacerlo más disfrutable es exfoliando todo nuestro cuerpo. Este ritual tiene grandes beneficios, entre ellos remover las células muertas, promover la regeneración de la piel y la buena circulación sanguínea, darle batalla a la celulitis y no menos importante, sus efectos relajantes.
Como le tengo más fe a los exfoliantes hechos en casa, te comparto tres que además de efectivos es seguro que tienes a la mano los ingredientes, y son bastantes sencillos de preparar.
Exfoliante de azúcar
Solo mezcla media taza de azúcar (preferible morena y sin refinar) y un tercio de taza de aceite de oliva.
Puedes variar sustituyendo con aceite de almendras o miel, y agregar unas gotas de limón o una cucharada de yogur natural. Una vez en la regadera, humedece tu piel y aplícalo en tu cuerpo masajeando en círculos (evita cara, pechos y genitales); la intensidad y el vigor con que lo hagas va de acuerdo a la sensibilidad de tu piel.
Exfoliante de sal
Mezcla media taza de sal de mar y un cuarto de aceite de oliva (o de almendras), puedes agregar un par de gotas del aceite esencial de tu preferencia; para una piel más suave añade un cuarto de taza de avena.
Exfoliante de café
Redoble de tambores, este es mi favorito. El plus viene por parte de las propiedades estimulantes de la cafeína y del aceite natural que despide. Personalmente me gusta aplicar los granos directos sobre la piel y masajear sin prisa, no está de más aconsejar que no hagas movimientos bruscos porque después es un show limpiar chorreaduras y granos escurridizos.
La receta también es sencillísima: media taza (o una entera si eres igual de viciosa que yo por su aroma) de granos molidos de café, es válido usar los residuos de la cafetera; mezcla con un tercio de taza de aceite de oliva o de almendras, o miel, sí como los exfoliantes anteriores. Puedes variar agregando una cucharada de yogur. Hay otra receta que mezcla el café, el aceite de tu elección, azúcar y sal, más unas gotas de naranja o limón, a mí me parece too much.
Después de tu masaje en piernas, brazos, espalda, abdomen y pies, enjuaga y lava tu cuerpo como lo haces regularmente, para quitarte todo residuo de café porque podría manchar tu ropa.
Al salir de la ducha, no olvides hidratar tu piel con crema; y después, comentarnos qué tal te fue 🙂