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La “Mexicoca” seguirá usando caña de azúcar

El mercado se preocupa por la pérdida de un refresco, pero no por el uso de aditivos dañinos o el impacto que tendrá el impuesto en el campo mexicano.

La comunidad internacional ha estado muy al pendiente de la alza de impuestos en México. No por la situación económica y social del país, sino por el daño que tendría uno de los productos mexicanos más codiciados: la Coca-Cola.

En México el refresco sigue elaborándose con azúcar de caña, manteniendo un mejor sabor, y menos peligros contra la salud que el jarabe de maíz de alta fructosa (JMAF). Para la tranquilidad de los consumidores de “Mexicoke” o “Mexicoca”, el impuesto en los refrescos no modificará la receta. Pero para los mexicanos, el incremento del uso de JMAF en muchos otros productos es una verdadera amenaza.

“Mexicoca”

El jarabe de maíz es el edulcorante más barato para la producción industrial. Desde la década de los años ochenta, Coca Cola y Pepsi, optaron por implementarlo para la fabricación de sus refrescos en Estados Unidos. En el caso de México, aparentemente Coca-Cola se ha resistido.

Incluso hasta hay páginas en Facebook dedicadas a la Coca-Cola mexicana.

Amenaza contra “Mexicoca”

La devoción por la “Mexicoke”, se vio en peligro por el impuesto a los refrescos. Hace unos días, Francisco Garza, Director General de Arca Continental, embotelladora de Coca-Cola en México, declaró que una de las herramientas para adaptarse al impuesto sería el implemento del jarabe de maiz alto en fructuosa. Esto sucitó mucha controversia. Arca Continental ya confirmó que no modificaran la receta de la Coca-Cola con azúcar 100% de caña.

Sin embargo, lo impactante es que la polémica que inició Garza, no fue alrededor del uso de un aditivo tan dañino, ni la falta de apoyo a los ingenios azucareros mexicanos, sino la pérdida de un refresco de culto. Las reacciones alrededor de la “Mexicoca”, me dejan cuestionando la comprensión de las implicaciones del nuevo impuesto.

¿Impuesto a favor de quién?

Desde que se comenzó a hablar del impuesto a los refrescos y comida chatarra, han habido controversias. Si bien una modificación estructural puede ayudar a “limitar” ciertas conductas de riesgo, como hábitos alimenticios altos en glucosa, no debemos perder de vista cuales son los verdaderos alcances de la ley. ¿Se dejaran de comprar estos refrescos? ¿Se sustituirá el azúcar con jarabe de maíz industrializado?, ¿o simplemente el refresco será más caro, y el gobierno tendrá una buena entrada de dinero?

No creo que la respuesta sea una o la otra. Me gustaría pensar que frente al precio, y las campañas publicitarias, habrá un efecto de conciencia respecto a lo que se consume. Pero reacciones como el miedo a perder “Mexicoke” me hacen revalorar lo que a la gente verdaderamente le conmueve. La adicción al refresco puede ser tal que la población mexicana seguirá pagando por él.

Si de por si una Coca-Cola no es barata en comparación al ingreso mexicano, ahora se dará más del presupuesto doméstico. Además es probable que muchas empresas utilicen más el JMAF, el cual nos afecta a la salud, y encima nos vuelve más adictos. Por si fuera poco, los productores de caña perderán su poca participación en el mercado refresquero.

El impuesto al refresco no debería de considerarse como una solución a la obesidad. De alguna manera puede ser un elemento que apoye a su prevensión, pero debemos pedir acciones sobre las verdaderas necesidades, que no es pagar más, sino tener acceso a mejores bebidas, alimentos, y a la educación.

Fuente:

Seguirá intacta receta de Coca-Cola mexicana vendida en EU (Animal Político)

Arca Contal prevé impuesto acelere consolidación, compra interés Nogales (Sentido Común)

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