Como cada año, la reina Isabel II de Inglaterra espera ir de vacaciones de verano al Castillo de Balmoral -la residencia real en Escocia- porque allí consigue paz, recreo, y libertad, monta a caballo y está en contacto con la naturaleza.
Sumado a ello, a la monarca británica le gusta reunir allí a su familia. Se trata de una tradición obligada a la que solo ha fallado en una ocasión, durante la Segunda Guerra Mundial y este año se ve amenazado por la pandemia.
Sin embargo, comienzan a flexibilizarse las medidas. Según el diario británico The Sun, la reina y su esposo, el príncipe Felipe tienen planeado viajar en helicóptero de una residencia a otra, saliendo el día 1 de agosto. De darse el viaje, estarían en Balmoral hasta tres meses.
Una fuente de ese diario dijo que: «Los preparativos están en marcha. El hecho de que Escocia haya estado libre de fallecidos por coronavirus casi una semana también también contribuyó a planificar el viaje».
Según reseña la revista Vanity Fair, la estancia anual de la monarca a Balmoral es una tradición establecida, ya que ha pasado allí un descanso de 12 semanas cada verano a lo largo de su reinado de 68 años.
Casa de verano
Antes de llegar al castillo de Balmoral, suele dormir durante una semana en el Craigowan Lodge, una casa de siete habitaciones ubicada en la finca Balmoral, y es típicamente donde la Reina y el Príncipe Felipe se quedan , mientras que el castillo principal todavía está abierto al público.
Como el castillo ha estado cerrado por la pandemia, se cree que la reina se instalará directamente en él.
Durante su estancia en Escocia, la monarca asiste a los juegos anuales Braemar Gathering.
Pero este año, de la misma forma que muchos otros eventos públicos, han sido cancelados; es probable solo se divierta montando a caballo y haciendo picnics y barbacoas.
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