La gente no deja de comentar acerca de la tragedia del submarino perteneciente a la empresa OceanGate Expeditions, embarcación que ya se sabe, implosionó dentro del océano mientras se llevaban a cabo labores de expedición al Titanic. Pero hay una coincidencia trágica en ambos casos.
Desde teorías conspirativas, revelaciones científicas y señalamiento de negligencia por parte de la cabeza de la que compañía, que pereció de igual manera con el resto de la tripulación, han rodeado este caso.
Pero una es inevitable: la arrogancia de ambos responsables de las naves siguieron adelante a pesar de las advertencias por la seguridad de los viajantes.
Una de las coincidencias más fuertes es la de la negligencia que tuvieron autoridades importantes en las circunstancias y que provocaron el fatal desenlace: tanto el capitán del Titanic como el CEO de OceanGate Stockton Rush.
Stockton Rush, CEO de OceanGate, y Edward John Smith, capitán del barco Titanic, provocaron las tragedias de sus propias embarcaciones gracias a sus malas prácticas laborales
Gracias a reportes que aseguran que el exempleado de OceanGate David Lochridge, piloto de uno de sus sumergibles, se sabe que él hizo llamados de atención sobre la seguridad del submarino pero hicieron caso omiso dentro de la empresa.
Además se conoció que el empleado que se quejó de que el submarino no podía descender a profundidades tan extremas, fue despedido por el propio Rush, en acción de callar estas alertas que se hacían.
“Las preocupaciones que expresó Lochridge salieron a la luz como parte de un caso de incumplimiento de contrato relacionado con la negativa de Lochridge a dar luz verde a las pruebas tripuladas de los primeros modelos del sumergible por motivos de seguridad”, explicó el reporte entregado por The New Republic sobre las malas prácticas que OceanGate.
Ahora bien, no es un secreto que el capitán Smith, y el diseñador junto al equipo detrás de la construcción del Titanic liderado por Thomas Andrews, fueron advertidos que no sólo la ruta que pretendían seguir podía ser peligrosa, sino que además el buque no tenía la capacidad en cuanto a material para soportar un trayecto de esa magnitud.
Pero nuevamente, gracias a las peleas de egos masculinos que no pueden aceptar cuando les dicen “no”, siguieron con los planes que tenían… y el resto es historia (literalmente).
“Me llama la atención la similitud con el propio desastre del Titanic, en el que el capitán fue advertido repetidamente sobre la presencia de hielo delante de su barco y, sin embargo, se dirigió a toda velocidad hacia una zona helada”, afirmó el cineasta James Camerón, quien dirigió la cinta original del Titanic en 1997, en declaraciones a la cadena estadounidense ABC News.