Chile

Violencia de género: un desafío para lograr la soberanía femenina

En 1999 la ONU instauró el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer en el mundo.

En 1999 la ONU instauró el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Esta conmemoración evoca el asesinato a las hermanas dominicanas Minerva, Patria, y María Teresa Mirabal, opositoras a la dictadura de Leonidas Trujillo, quienes fueron asesinadas el 25 de noviembre de 1960. Lo ocurrido a estas hermanas activistas, se transformó en un ícono de lucha contra la violencia hacia las mujeres.

Hemos avanzado bastante en la educación acerca del empoderamiento femenino y la forma en que las propias mujeres podemos prevenir situaciones de violencia y discriminación, por dar un ejemplo, distintas organizaciones de mujeres, en forma privada lo han abordado desde la educación a través de charlas, redes sociales e incluso la creación de una App que de alguna manera estimulan la sororidad y la alianza entre mujeres, ante la falta de mecanismos gubernamentales que den soporte real cuando sucede un hecho de violencia de género.

Diferencias entre violencia de género y violencia intrafamiliar

Es importante diferenciar la violencia de género con la violencia intrafamiliar, esta última se vive dentro de un núcleo familiar y puede ser ejercida por cualquiera de sus miembros. Por su parte la violencia de género aplica para cualquier acto de vulneración física, psicológica, social, económica que sea ejercida en contra de una mujer. Lo más cotidiano en la violencia de género, es que sea ejercida por un hombre hacia una mujer, de modo de someterla en un abuso generalmente continuo y sostenido por considerarla inferior en algunos o todos los ámbitos personales, esto a su vez va mermando la posibilidad de esta de poder liberarse de esta opresión.

Resulta relevante diferenciar la violencia de género de la violencia intrafamiliar, ya que si no lo hacemos, invisibilizamos el maltrato diario que muchas mujeres sufren en los diversos ámbitos en los cuales se encuentran insertas, sólo por el hecho de ser mujeres. En este sentido, podemos decir que la violencia de género o violencia hacia la mujer, puede darse en una relación de pareja, en su ambiente profesional, social y cultural, por lo que diferenciar los conceptos es un factor clave tanto para su prevención como para su tratamiento en términos legales y su posterior reparación en los programas de víctimas de violencia. Esto se declaró en la conferencia de Pekín (1995) en la cual la ONU dio antecedentes, estableciendo el tipo de violencia específica cometida hacia las mujeres, que también explicaba que la violencia de género no sólo es cometida por la pareja de la mujer, sino que es cometida por hombres en cualquier tipo de situación.

Mujer sinónimo de vulnerabilidad

Nacer mujer se transforma en un riesgo cuando se asocia a la vulnerabilidad, física, psicológica, económica, social, esta fragilidad prevalece a lo largo de la vida de la mujer, siendo transversal e indiscriminada. Lamentablemente se naturaliza la debilidad de la mujer, entendiéndose no sólo que no está capacitada para ser, sino que también la expone a todo tipo de violencia. Pese a esto, las mujeres hemos logrado en muchos ámbitos ejercer un liderazgo, por ejemplo en el caso de nuestro país elegimos a una mujer como presidenta, algo inédito en Chile, sumado al histórico número de concurrencia femenina en las urnas.

Las mujeres cada día logramos a través de cambios culturales, traspasar las barreras que vetaban en otras épocas el acceso a distintos ámbitos, que en algunos casos sólo estaban abiertos para los hombres.

Éstos tienen que ver con el empoderamiento del cuerpo y el dejar de lado que la sexualidad es sólo para la procreación, añadieron más control a la mujer de sus propios procesos naturales siendo estos reconocidos y validados, como lo menciona Ximena Valdés Mujeres, espejos y fragmentos. Antropología del género y salud en el Chile del siglo XXI.

Aún queda generar consciencia entre el género

Evitar la violencia de género puede verse como una tarea de nosotras, logrando así la visibilidad necesaria en los distintos ambientes en los cuales hoy las mujeres nos vemos vulneradas. En este sentido aparecen algunas herramientas desde lo femenino que pueden servir para erradicar este flagelo en la vida de las mujeres.

Por ejemplo validarse unas a otras respecto de las experiencias vividas, es fundamental para exponer una situación de violencia o vulneración hacia una mujer. “Yo te creo” ha sido una de las frases más utilizadas en las consignas de protesta contra la violencia, pues bien, esta frase debe ser real y aplicada en primera instancia cuando estamos frente a una mujer que expresa una situación de vulneración en cualquier ámbito. El efecto psicológico que tiene “Yo te creo” es muy importante, ya que entrega contención en primera instancia del daño.

La sororidad femenina, más que un concepto de hermandad, es una herramienta que puede ser un verdadero pilar para construir una nueva posición de la mujer frente a la vulnerabilidad a la que es expuesta en la violencia de género. Además es la manera de dejar de competir entre nosotras, practicando la admiración entre mujeres y aprendiendo de las experiencias de cada una.  Por estos motivos, es muy importante que la apliquemos día a día, tanto en pequeñas acciones como en situaciones tan graves como la violencia hacia nosotras.

Es crucial implementar la educación emocional para las mujeres y fomentar el autocuidado, promover la salud mental femenina y lo más importante que el Estado se haga cargo de esta problemática y subsidie los programas de prevención y reparación para las víctimas de violencia.

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