Un tema a resolver de cada mujer es escoger el mejor método de higiene femenina para estar protegida todos los meses con la llegada de la menstruación, pero entre la copa menstrual, toallas sanitarias y tampones es fácil confundirse.
Sin embargo, los expertos lo tiene muy claro: lo importante no es hallar a aquel que no tenga defectos sino el que sea más cómodo y conveniente para ti.
Métodos de higiene femenina
Copa menstrual
Desde hace varios meses hasta la actualidad, la copa menstrual ha sido el más comentado entre todos por varias poderosas razones.
Entre ellas, que es una opción amable con el medioambiente, puede ser usada tanto en el agua como en actividades físicas y solo se vacía una vez al día porque tiene una capacidad de 30 ml.
Y es que, como su nombre lo indica, son unos pequeños recipientes que se insertan en la vagina, hechos de silicona médica sin químicos, que a diferencia de tampones y toallas no absorben la menstruación.
Por eso, muchas aman su durabilidad, que pueden ser utilizadas tantas veces como se quiera y por eso también resultan económica si se ve desde el punto de vista de que haces una inversión a largo plazo.
Aun así, todavía no alcanza el reconocimiento suficiente para llegar a zonas más rurales o ser el más popular de todos, junto a que algunas la rechazan porque puede resultar complicada de colocar al inicio y el proceso de higiene es desagradable.
Esta se debe limpiar con agua caliente para evitar contraer infecciones en cada cambio y se le debe retirar la sangre del periodo manualmente.
Toalla sanitaria
Cerca de 1896 se fabricaron las primeras toallas femeninas y desde entonces, han acompañado a la mujer por ser una opción superficial de controlar el sangrado de la menstruación.
No duelen, no son complejas de colocar ya que van sobre la ropa interior, hay miles de modelos según lo que busque la usuaria y también aleja a las infecciones que pueden producir los otros métodos al introducirse en el canal vaginal.
De hecho, esta es la raíz de su popularidad puesto que muchas no les agrada a la idea de insertar tampones o la copa menstrual a su organismo, especialmente si se trata de mujeres vírgenes porque puede ser más doloroso.
Sin embargo, conforme con Vogue, hay que tener en cuenta que dentro de su producción hay una gran presencia de químicos como el cloro y la dioxina que a la larga se puede traducir en cáncer de ovario o de cervix.
Asimismo, una constante crítica y preocupación es el daño que le generan al planeta porque no son biodegradables y para que una de ellas se descomponga pasarán 500 años, explicó el medio.
Por último, algunas mujeres son alérgicas a su uso o en las pieles sensibles generan rojeces, sarpullidos, irritaciones e incomodidad al no ser tan prácticas y a veces evidentes en la ropa.
Tampones
Las que aman utilizar tampones lo hacen porque gracias a este método se olvidan de las molestas manchas debido a que absorben la menstruación antes de que sea capaz de tocar la ropa.
Por esta misma razón, la comodidad y la discreción son parte de los atributos que se les ha dado históricamente desde su primera versión en 1931.
No obstante, uno de sus grandes inconvenientes es que pueden ocasionar el síndrome de shock tóxico, una infección causada por bacterias que se pueden alojar en el producto y por eso deben cambiarse con frecuencia.
Al igual que las toallas, son poco amigables con el planeta y se elaboran con químicos potencialmente tóxicos, aunque en este caso sus estragos son peores porque tocan directamente las paredes vaginales.
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