Durante muchos años el hombre ha estado en la búsqueda del éxito y la respuesta para alcanzarlo parece ser muy simple: tener una actitud positiva. Aunque algunos crean que se trata del dinero o las relaciones que tengas, cómo piensas es un factor decisivo.
Lo mejor de todo es que ser positivo no es una característica con la que se nace ni alguien es incapaz de desarrollarlo. Se trata de una decisión que parte de ti y se proyecta en los demás para abrirte muchas puertas.
Tener una actitud positiva puede cambiar tu vida
Hay personas que piensan que todo les sale mal por mala suerte o que el mundo conspira en su contra. Que alcanzar el éxito y la plenitud es algo muy lejano, por no decir imposible, y que sus malas rachas serán eternas.
Si pusieran en práctica un cambio de óptica y vieran el vaso medio lleno en vez de medio vacío, podrían alejarse del victimismo y con una actitud renovada, encarar los desafíos de la cotidianidad.
«La actitud tiene todo que ver para conseguir el éxito. Y para eso necesitamos una correcta: de confianza, con la capacidad de superarnos y aprender ante la adversidad», explicó la psicóloga Tamara de la Rosa a ABC.
Sin embargo, ponerla en práctica es un desafío que a veces resulta desgastante y que se termina dejando de lado, así como sucede con los objetivos planteados cuando comienza un año.
«Vamos siempre a lo cómodo. Es más sencillo caer en el lamento y el victimismo y eso es muy malo», analiza la experta, afirmando que la automotivación en estos casos es fundamental para no hundirse ante los problemas.
En realidad, es un proceso que se trata en primer lugar de pensamiento, después emoción y por último, conducta.
«Si el primero es negativo («no puedo»), el segundo también (desmotivación) y la conducta se desvía en la mala dirección», reseña la fuente.
¿Cómo ser más positivo?
Por estas razones, se ha comprobado que las personas exitosas son más optimistas, constantes, perseverantes y más seguras de sí mismas.
«Son capaces de ver una misma situación desde diferentes perspectivas y quedarse con la menos mala», manifiesta De la Rosa, por lo que no pierden la oportunidad de seguir intentando ya que el peor esfuerzo es el que no se hace.
«Saben que el éxito es cuestión de tiempo y esfuerzo. Cada paso es una meta y cada meta es un éxito», dijo. «Si elegimos la actitud correcta, podremos ser felices. Es difícil pero no imposible y cuando aprendes a hacerlo así te das cuenta de lo fácil que es disfrutar».
Y como decisión, hay ciertos ejercicios que se pueden poner en práctica a diario para ir reforzando una actitud positiva que contagie a los demás y esta inicia con ser agradecido por todo lo bueno que se tiene.
Los especialistas recomiendan aprender de los errores, buscando siempre una enseñanza través de la autocrítica, el examen de conciencia y la asunción de responsabilidades.
Pero cuando se falla, hay que asimilar lo sucedido y al poco tiempo pasar la página dejando ir aquello que nos afectó; ver oportunidades cuando las puertas se cierran, sonreír y disfrutar de sanas relaciones sociales haciendo actividades que funcionen como terapia positiva.
Practicar la solidaridad y escuchar al otro desarrolla la empatía, lo que permite descubrir que las situaciones personales no son tan malas como parecen.
Relacionarse con otra gente positiva, mejorar el diálogo interno y tener propósitos qué cumplir, son igual de importantes.
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