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Las mujeres que han llegado a los 40 años saben que todo sufrimiento es temporal

Cuando las mujeres nos aceramos a la "mediana edad", comenzamos a pensar que hemos dejado atrás los años de juventud en los que podíamos hacer de todo.

En tiempos pasados, el ser humano promedio no vivía más allá de los 40 años. Llegar a esa  edad era visto como el punto máximo de la sabiduría por el largo camino recorrido. Hoy, llegar a los 40 es todo menos vejez.

Sí, eres un poco más sabia de lo que eras a los 30 o a los 20 pero aún queda mucho más por aprender y disfrutar. Estar «a la mitad» del camino no significa que debas ir desacelerando.

Quienes han llegado a los 40 años saben que todo sufrimiento es temporal.

Ya has pasado por muchas decepciones y conoces el dolor de una ruptura pero sabes que no es el fin del mundo. El desamor ya no es una razón para dejar de creer en el amor. Antes te tumbaba por días en la cama y creías que no podrías recuperar el aliento pero hoy sabes que cuando las cosas no se dan es porque mereces algo mejor.

Ya has sido decepcionada muchas veces, te han dado la espalda quienes menos creías. La traición siempre duele y te saca de balance pero hoy sabes que no a cualquiera se le puede llamar «amigo» y que quien te ama de verdad estará contigo en lo mejores pero sobretodo en los peores momentos.

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Cuando las mujeres nos aceramos a la «mediana edad», comenzamos a pensar que hemos dejado atrás los años de juventud en los que podíamos hacer de todo. Pero esas son sólo ideas que la sociedad nos ha impuesto. Ahora que has llegado a ese momento, sabes que la edad no es una condena sino una forma de seguir aprendiendo y explorando el mundo.

Eres más consciente de tus experiencias. Has aprendido a transformar el dolor en oportunidades y has entendido que la única que puede definir lo que vales eres tú misma.

No necesitas aprobación de nadie ni tampoco seguir los estándares de belleza impuestos por otros. Has aprendido a mantenerte auténtica, le guste a quien le guste. 

Aprendiste que la belleza es efímera y que la belleza de tu alma es lo único que importa. Eso sí, cuando tienes ganas de un cambio de imagen lo haces sin pensarlo. ¿Quién dijo que a los 40 no debes arreglarte ni sentirte hermosa?

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Llegar a la mediana edad no te hace «menos deseable» ni tampoco te obliga a dejar de perseguir nuevas metas. Has ganado y perdido tantas veces, que ya no debe darte miedo la idea de tropezar. Los años te han enseñado que todo el sufrimiento es temporal y que no puede detenerte ni estancarte.

Recupera las cosas que le hicieron sentir viva y ve por aquello que siempre deseaste. ¿Si no es ahora, cuándo?

No sucumbas a la idea de que después de cierta edad debes dejar de experimentar y explorar. La vida sigue siendo tan buena y emocionante como tú quieras que sea. Si no es ahora, ¿cuándo? Es momento de reinventarte y a redescubrirte, encontrando un nuevo significado de la vida.

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