La pandemia, está llevando a somatizar su angustia a varias personas.
Desde que el coronavirus se instaló en Argentina, se incrementaron los casos de gente que experimentaba dolor de garganta, tos o fiebre.
Esas personas no tenían el Covid-19 ni presentaban un cuadro vírico.
Estos son los que somatizan, y aunque en realidad experimentan esas molestias físicas asociadas al Covid-19, lo que sienten no es real.
“Del coronavirus podemos sentir la fiebre, el dolor de cabeza e incluso la tos sin tener la enfermedad. Todo es posible”, aseguró Emiliano Villavicencio, psicólogo y jefe de posgrado de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad de La Salle, en México, en una nota publicada en BBC Mundo.
El doctor, se refería a la somatización como “la manifestación de síntomas físicos de un problema psicológico”.
Estos malestares, son reales y llegan a confundir a quienes los presentan, a quienes hacen creer que pueden haberse contagiado.
No obstante, en el caso de la somatización, el cuadro clínico que en efecto presentan los pacientes no está relacionado con un virus.
Este está provocado por un estado de ansiedad ansiedad y preocupación.
CUESTIÓN DE GÉNERO
Un estudio realizado por Fleni y el Instituto de Fisiología, Biología Molecular y Neurociencias (CONICET-UBA) demostró que
La investigación estudió 4500 personas durante las segunda y tercera semana de cuarentena.
Los resultados, revelaban que las mujeres tienen mayores de probabilidades de sufrir padecimientos psicológicos a causa del aislamiento social obligatorio.
El estudio corroboraba que las mujeres, son también más resilientes.
Esto significa que tienen mayores recursos para sobreponerse a situaciones traumáticas y difíciles.
Sin embargo, la investigación registraba que las mujeres que sufrían más la situación de confinamiento.
Esto se expresa en síntomas: depresión, somatización de las emociones y ansiedad.
Los resultados evidenciaban que las mujeres tenían un 89% más de probabilidad que los hombres de desarrollar síntomas de somatización.
Por ende, durante estas semanas las mujeres están expresando su malestar emocional a través de síntomas físicos concretos, como problemas cardiovasculares, respiratorios, estomacales y dolores musculares. Y esto impacta sobre la funcionalidad social, laboral y académica.