No todos tienen la fortuna de conocer a sus abuelos o convivir el suficiente tiempo con ellos. Por eso aquellos que han podido establecer un vínculo saben la suerte que tienen.
Los abuelos son aquellos segundos padres que siempre te cuidan las espaldas. Su ternura hace imposible que no profesarles todo el amor, y sus experiencias son mejor que cualquier libro de historia.
Las arrugas de sus manos, sus dichos antiguos, y sus ojos llenos de cariño te hacen completamente vulnerable al amor que te regalan. Sabes que el tiempo que estarás con ellos es prestado, y jamás será suficiente.
Sin embargo, no hay nada mejor que entablar una relación con tus abuelos. Quienes han convivido saben que son ángeles que llegan a cuidarte en vida, y su inevitable partida es uno de los mayores temores que conoces.
Siempre es importante cuidarlos, ser paciente con ellos, y devolverles todo el amor que un día ellos nos dieron. Sobretodo en estas épocas en donde tenemos que protegerlos más que nunca, ya que estamos viviendo una pandemia y son los más vulnerables.
Hay que ser agradecidos por todas las veces que nos cuidaron, por las palabras de aliento que nos brindaron, o simplemente por estar ahí con nosotros. No hay mayor prueba de fe, y realmente es como tener un pedacito de cielo en nuestras vidas.
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