Ya sea porque las abandonan y no asumen su paternidad, o porque fallecen, muchas mujeres crecen sin un padre.
Y esto, lejos de causar algún daño en la vida de la mujer, es algo que al final trae consecuencias positivas, pues según un estudio realizado por la Universidad de Harvard, crecer sin un padre fomenta en ellas una forma distinta de percibir la vida, y las hace capaces para salir adelante en cualquier situación.
En el estudio realizado por la prestigiosa universidad se determinó que las mujeres que crecen sin un padre son más fuertes, independientes y maduras que aquellas que crecieron con la figura paterna.
Además, ellas buscan tener un mejor futuro con oportunidades que mejoren su calidad de vida y se proponen metas que no necesitan la aprobación de los demás, sino hacen lo que las satisface y las haga sentir bien con ellas mismas.
Las hijas de madres solteras tienen una ventaja y es que siguen el ejemplo que han visto de sus madres, quienes lucharon solas para sacarlas adelante y emplean eso en sus vidas.
Así que las mujeres que no tuvieron la presencia de un padre son las más fuertes y ya está comprobado.