El primer beso es un punto clave en el que dos personas se enfrentan a la revelación de un secreto. Es la compatibilidad, ese momento en que te das cuenta si podrías besar a esa persona más de una vez o quizás muchas veces durante muchos años.
El beso te hace quemar calorías (pocas pero algo es algo), secretas hormonas que te harán más feliz (serotonina, dopamina y oxitocina), ayuda a reducirla presión arterial y más.
Jordan Oram es un fotógrafo canadiense que quiso realizar un experimento ultra sensitivo reuniendo parejas de extraños que además de no conocerse, no se veían. Evidentemente, la dificultad de generar un prejuicio por la imagen permite otro tipo de reacción y disposición frente a otra persona, en especial si se besarán.
Oram grabó todas las sesiones de sus parejas y en el video podemos ver la ternura y el nerviosismo que todos experimentaron, se notaba esa sensación de mariposas en el estómago ante algo nuevo.
El beso es un acto sublime en el cual incluso te puedes enamorar. “Es un experimento peligroso”, dirán algunos o la mayoría, porque están constantemente protegiéndose para no ser dañados o más dañados de lo que ya están. Hoy en día pareciera que no estamos dispuestos a jugar ni a experimentar, la apatía se ha incrustado en la sociedad.
Creo personalmente que este experimento puede ayudarnos a conocernos mejor y descubrir cuánto de imposición social y patrones dictan nuestro comportamiento.
En el video de Oram podrán ver algunas parejas que simplemente no tuvieron química y otras que quemaron el set.
¿Te gustaría experimentarlo?
