Por Maite Sainz*
Cada que la Navidad se acerca, los niños comienzan a emocionarse y a pensar en los regalos que recibirán, mientras que los padres se preocupan por todo lo que tendrán que invertir para satisfacer los deseos de sus hijos. En medio de todo este ajetreo navideño muchas veces nos olvidamos del verdadero significado de los regalos y la importancia que tienen estas fechas para nuestros pequeños.
La Navidad es un momento muy importante para los niños, ya que para ellos representa una época llena de magia; asimismo, es la ocasión perfecta para recibir ese juguete que tanto anhelaban y poder disfrutar de él por el simple hecho de ser niños.
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El regalo le permite al niño sorprenderse, expresar su emoción, divertirse y disfrutar. Le brinda la satisfacción de tener en sus manos eso que tanto había deseado y esperado que ahora, por fin, es suyo; y que además lo puede compartir con los padres, hermanos y amigos.
Los juguetes siempre han desempeñado un papel muy importante en la vida de los niños, ya que su propósito principal es proporcionar alegría y placer, así como incrementar el aprendizaje y el desarrollo infantil. Los niños gozan y agradecen los regalos, y los padres disfrutan de las sonrisas de sus pequeños al ver el nuevo juguete que tanto deseaban.
Detrás de esos regalos materiales hay mucho esfuerzo, trabajo, amor y dedicación. Los niños saben que los regalos están ahí porque hay alguien que los quiere, alguien que va a estar a su lado para disfrutar junto con ellos; es decir, el mejor regalo para un niño es el amor que recibe junto con éste.
Una característica fundamental que acompaña la emoción de los regalos navideños, es la presencia de Santa Claus, uno de esos seres fantásticos que están ahí no solamente por una tradición cultural, sino para ayudarnos a mantener y fomentar la ilusión y la fantasía en nuestros pequeños, dado que la fantasía es un elemento fundamental para el desarrollo emocional de los niños.
Los niños, necesitan tener un espacio en donde la fantasía se mezcle con la realidad. Esto es parte de la infancia, además de que implica una forma de ir conociendo y entendiendo el mundo poco a poco. Por otro lado, estas creencias nos remiten a las tradiciones que se viven en cada país o en cada familia, y que, al pasar de padres a hijos, forman parte de nuestra cultura.
Puede suceder que algunos niños no comprendan bien qué es la Navidad; muchos inclusive se preguntarán ¿por qué recibimos regalos en Navidad? Es entonces un buen momento para que los padres aprovechen la ocasión y platiquen con sus niños para involucrarlos y ayudarles a entender el significado de esta época.
Dependiendo la educación familiar, algunos podrán hablar de la tradición religiosa y algunos otros, podrán hablar de San Nicolás, el santo que llevaba juguetes a los niños que no tenían; o quizás, algunos solamente explicarán que la Navidad es una época para compartir y los regalos simbolizan una expresión de este amor. Sin embargo, es importante para todos, que podamos enseñar a nuestros hijos a compartir lo que tienen, por ejemplo, con los más necesitados. Al igual que podemos fomentar ciertos valores en ellos para evitar el consumismo y el materialismo, vale la pena enseñarles a valorar el esfuerzo, y, sobre todo, enseñarles a amar.
*Maite Sainz es psicóloga e integrante de la Clínica de Asistencia de la Sociedad Psicoanalítica de México (SPM).
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