Ok, no todos los hombres son iguales. Ni todas las mujeres. Y quizá también sea verdad que los cerebros funcionan diferente y que ellos no se ponen histéricos cuando tienen hambre. Pero hay cosas que a todas nos molestan sobre la actitud masculina. La que diga que no, está mintiendo, y lo peor es que pasan muy seguido…
1. Compararnos con su mamá
En el mal sentido “a ella le queda mejor la sopa”, “así no lo hace mi madre”, pero también en el malo, como en “tú sí que eres trabajadora, mi madre es una inútil”. Tienen que dejar atrás el complejo de Edipo.
Si mamá era tan buena, ve y regresa con ella; si era tan mala, de todos modos respétala, porque sé bien que como la trates a ella me tratarás a mí eventualmente.
2. El desorden
No digo que todos lo hagan pero parece que a muchos hombres no les interesa que cada cosa tenga un lugar. A menos, claro, de que lo necesiten en ese mismo momento, y peor si es el control remoto. ¿Cómo que no les importa si la cama está tendida o si la caja de pizza lleva en la sala tres días?
3. La ausencia de romanticismo
No, ya no los hacen como antes, y la revolución femenina no sólo nos ganó el oh gran derecho de abrir nuestra propia puerta del coche, también se hicieron raras las flores, los detalles, las llamadas por horas y horas y delicadeza a la hora del sexo. Bien padre, ¿no? Además, si lo hacen sólo cuando hicieron algo mal, bueno, lo arruinan al doble.
4. El macho alpha al volante
El Dr. Jeckyll pasa a buscarte y todo va bien, hasta que le dices que tú quieres manejar y se transforma en Mr. Hyde. Casi casi te quiere explicar cuál es el freno, y hasta hace el gesto de meterlo con el pie cuando cree que vas demasiado rápido. Por supuesto su GPS mental te va a decir por dónde irte aunque tú sepas el camino, y cuestionará cada vía que tomes. Argh!
5. El laconismo
¿Saben lo que es el laconismo? No, no conocen esa palabra porque tiene más de una sílaba. Es terrible cuando te echas un discurso, haces tres preguntas y la respuesta es “ok”, “no” “=”. Eso cuando obtienes una respuesta, porque a veces los hombres piensan que tus mensajes de texto son retóricos y no te los tienen que contestar.
6. Su mejor amiga
Me cuesta aceptarlo, porque yo soy esa mejor amiga. La insider que le explica a sus amigos sobre psicología femenina y les pregunta qué carajos pasa por sus cabezas. ¿Y saben quién no me quiere tanto como mis amigos? Sus novias. Me pregunto si es porque a la mejor amiga sí le contestan todos los mensajes. Pero ni modo, la novia tiene que ser prioridad.
7. Que no escuchen
No se necesita un doctorado para comprendernos, ¿qué tal intentar, no sé, poner atención a lo que estamos diciendo? Nada más frustrante que el “avionazo” y que después de soltar todo tu drama te pregunten “¿pero por qué estás enojada?”.
8. La impuntualidad
Bueno, eso lo odiamos de los hombres y de las mujeres y de cualquier persona que no tenga respeto por el tiempo de los demás.
9. Que dejen sucio el baño
No soy de las que odian que no baje el asiento, porque no lo subo tampoco después de usarlo, pero ¿por qué no tienen puntería? ¿de verdad es dificilísimo no dejarlo salpicado? Y si sí, ¿por qué no lo limpian?
10. La mala memoria
Por un lado, que no se acuerden de cumpleaños, aniversarios y demás fechas importantes y por otro, que hables sobre algo que ya les habías contado y digan que no tienen idea.
¿Me faltó alguna? Seguro sí.