A veces, cuando se trata de tener sexo, no lo pensamos tanto como deberíamos. Está el ejemplo de los compañeros de trabajo: no es conveniente acostarse con ellos pero a veces sucede, y se disfruta. ¿Con qué otro tipo de hombres es mejor no irse a la cama?
Porque el sexo, por casual que sea, puede acarrear problemas de convivencia, e incluso más que eso. Así que, si puedes, evita acostarte con:
Un menor de edad. El mayor problema: es ilegal. Entonces, más allá de qué tan divertido o desastroso resulte, corres el riesgo de arrastrar consecuencias sociales, legales y económicas derivadas del colchón.
Tu jefe. Pocas cosas seducen tanto como el combo sexo-autoridad. Sin embargo, lo más probable es que la aventura termine en renuncia o despido.
Tu ex. Los novios y amantes del pasado se antojan mucho para el sexo, pero la experiencia por lo general acarrea más confusión que otra cosa. Los sentimientos se revuelven y al día siguiente una no sabe qué quiere (en especial si el sexo fue bueno). Mejor no. Qué difícil.
El novio o la novia de tu amiga. Ojo con la traición, que es tan inconveniente para ti como para la persona directamente afectada. Si hay tantos candidatos a la cama por todos lados, ¿por qué fastidiar una amistad?
El hermano o la hermana de tu mejor amiga o amigo. El movimiento parece inofensivo, pero existe el riesgo de que la familia entre en la ecuación, y entonces habrás llegado a la antesala del caos: tu amigo, sus papás, los tuyos… todos querrán opinar y te convertirás en comidilla de sobremesa.
Tu roomate. En este caso existen sólo dos alternativas: 1) ambos se enamoran, viven felices para siempre, o 2) alguno de los dos tiene que mudarse. Siendo franca, ¿cuál crees que sea la más factible?
El o la ex de tu mejor amiga. Aunque las cosas entre ellos dos no hayan funcionado, aunque ella te diga que todo está bien, que no le importa, puede quedarse con la idea de que estás rayando en sus cuadernos, y guardarte rencor en secreto. Mejor busca otras opciones.
La persona con la que decidiste terminar. Si en verdad quieres romper, mejor que no haya más sexo. De lo contrario, estarás alargando la incomodidad de la ruptura, enviando señales mezcladas.
El hijo o la hija de tu jefe. Cuando el/la jefe se entere, no le causará gracia.
Por otra parte, si de todos modos has de acostarte: te entiendo, he estado en tus zapatos. Sólo ten cuidado y no te deprimas cuando lleguen las consecuencias. O sí deprímete y piensa: de todos modos yo ya sabía en lo que me estaba metiendo (no se me ocurre otro consuelo).
Fuente: Vanguardia