Todas tenemos amigas, y algunas de nosotras también tenemos enemigas. Sin embargo, cuando estas 2 categorías chocan, podemos estar preparadas para una retirada femenina de emergencia.
El término inglés frenemy se refiere a una amiga o un amigo con quien tienes una enemistad enmascarada de amistad, una amiga o un amigo que es tu amigo y a la vez es tu rival. Y existen por todos lados, sobre todo en el trabajo, en donde un “qué alegría por tu nuevo ascenso” esconde una tremenda envidia de no haber sido la persona merecedora de aquel premio.
No obstante, no sólo es en lo laboral en lo que las personas solemos comportarnos de manera destructiva; hay personas que llevan la competitividad destructiva más allá, por amor al arte, en sus relaciones personales. No sé, un comentario acerca de que tus caderas no se ven tan anchas con ese suéter mientras van juntas a correr o cierta actitud malhumorada que te impide ser tú misma, compartir tu pensa porque sabes que lo que sea que digas estará mal a los ojos de tu frenemy.
Yo tuve una frenemy no hace tanto. Esta frenemy, para empezar, me deslumbro con su todo su entorno tan fashion al que yo veía como de ensueño. Si alguien en esa relación debía tener envidia, les aseguro que era yo.
Mi frenemy y yo teníamos muchas cosas en común, además. Nos gustaban las mismas películas, la misma música; éramos fanáticas de las mismas series de televisión; compartíamos los mismos sueños de irnos al extranjero a conocer gente importante y asistir a galas de lujo con vestidos largos.
Pero, a pesar de todo, cuando la plática adquiría un tono menos banal, mi amiga resultaba ser mi peor enemiga. Cada opinión que yo tenía, cada comentario que yo hacía estaba mal ante sus ojos y era cruelmente criticado aun si ella misma había comentado algo similar minutos antes.
Sin embargo, la frenemistad es un círculo vicioso de vez en cuando. No puedes simplemente alejarte de esa persona, pues la consideras tu amiga y, además, es amiga de tus demás amigas. No pude simplemente ponerle un alto a mi frenemy sino hasta que ella misma le puso un alto a nuestra amistad: divulgando todos mis secretos más íntimos a modo de burla con la demás gente. Y no me volvió a hablar, no me pidió siquiera una disculpa; es más, incluso me eliminó de Facebook.
Así que si hay algo que pueda comentarles acerca de la frenemistad, es que no deben darle pie. En el momento en el que sientas que su amiga está siendo un poco enemiga contigo, es mejor que como tal la consideres: no amiga.
Fuente Foto: Tuneupmedia.com