Una nueva ley declara ilegal que los influencers compartan fotos en sus redes sociales sin revelar si éstas fueron retocadas, según informó The Hill. La norma también aplica para anunciantes que compartan imágenes promocionales editadas para que se vean «mejor».
Esta iniciativa ha sido aprobada por órgano parlamentario de Noruega, Stortinget y entrará en vigor cuando el Rey de Noruega decida hacerlo, según el decreto legislativo.
Se trata de una enmienda a la Ley de Control y Comercialización de 2009.
Ahora será obligatorio que las publicaciones incluyan un antes y un después de las fotos así como anunciar que se trata de un filtro o retoque que modifican la apariencia de uno.
Así, la descripción debe incluir si los labios fueron agrandados, la cintura reducida o los músculos exagerados, entre otras cosas que terminan por promover estándares de belleza irreales.
El Ministerio de Asuntos de la Infancia y la Familia señaló varios estudios que respaldan la importancia de aclarar esto, siendo la presión corporal («kroppspress») un tema que daña física y psicológicamente a los usuarios.
Una ley que poco a poco se ha extendido por el mundo
Los influencers están por todas partes y cada vez tienen un público más joven por lo que otros países han buscado tomar medidas con respecto a la regulación de contenidos.
En septiembre, un legislador del Reino Unido propuso un proyecto de ley llamado Proyecto de ley sobre imágenes corporales alteradas digitalmente, que requeriría una aclaración en las publicaciones que denoten el uso de un filtro o alteración.
En febrero, la Autoridad de Normas de Publicidad del Reino Unido prohibió a las personas influyentes en las redes sociales usar filtros de belleza poco realistas en los anuncios.
Por su parte, Francia anunció una ley en 2017 que hizo que «cualquier imagen comercial que haya sido alterada digitalmente para hacer que un modelo parezca más delgado tendrá una advertencia del estilo de un paquete de cigarrillos».
La presión de las redes sociales por tener una vida perfecta siempre
Hoy más que nunca es importante disminuir los impactos negativos de la presión corporal generada por los creadores de contenido en redes sociales.
Los influencers se han convertido en una especie de líderes de opinión a través de publicaciones que muestran un estilo de vida «de ensueño».
Vivimos en un momento donde los logros de todos se exhiben al público, donde lo que no se publica, “no pasó” y donde todo tiene que verse perfecto. Estamos sedientos de likes, después de todo, nos han hecho creer que es lo que revela qué tan queridos somos.
Las redes sociales nos han creado la necesidad de vivir a la altura de un modelo cultural de perfección, lo que nos lleva a caer en un gran estrés y ansiedad constantes.
Aunque sucede con todos, las mujeres somos quienes más presión tenemos. Y es que no sólo en el mundo real la sociedad nos exige demasiado con respecto a lo que debemos ser para ser plenas sino que también el mundo de las redes sociales nos tiene sometidas a un sin fin de reglas.
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