Como padres nunca existe la intención de hacerle daño a una hija, pero a veces se cometen equivocaciones que impactan profundamente en su autoestima o forma de ser, que entre tantas responsabilidades y estrés se pasan por alto.
La idea no es culpabilizarse sino cambiar inmediatamente estos comportamientos, porque así como no existe una guía paso a paso de cómo ejercer la maternidad, tampoco se puede ignorar algo que daña emocionalmente a los pequeños para siempre.
Conductas que lastiman a tu hija para siempre
La baja autoestima, las dificultades para relacionarse con los demás, las malas calificaciones en los estudios, mojar la cama, berrinches y el distanciamiento que los niños pueden presentar muchas veces no son causa sino consecuencias de problemas internos que arrastran.
En ocasiones, son causados por los comportamientos de los padres pues la actitud, el lenguaje corporal, el tono con el que hablan, las palabras negativas e incluso hasta las cosas que no se hacen, tienen impacto en ellos especialmente a edades tempranas.
Autoridad inquebrantable
Si las frases «Debes hacerlo sí o sí porque soy tu madre”, «Mis padres eran peor conmigo», «Es por tu bien» y otras similares te suenan, deberías reflexionar al respecto.
De acuerdo con el portal Rogers Hall, esto le envía un mensaje equivocado a los niños puesto que empiezan a verte como una autoridad inalterable que deben seguir, casi como militar, sin ponerse a pensar en la razón de las cosas ni aprender una libertad responsable.
Con esto, «les estamos enseñando a jamás cuestionar las situaciones que se presentan en su vida», por lo que es preferible mejor explicar las cosas para que ellos entiendan y luego actúen gracias a su raciocinio.
Falta de confianza con tu hija
Si tu hija sale con sus amigos y estás constantemente escribiéndole para que te cuente que hacen o donde están; si por el contrario, nunca la dejas ir a disfrutar con sus amigos; le revisas sus objetos personales o escuchas sus conversaciones, es evidente que no confías en ella.
Quizás podrías pensar que no se trata de ella, sino del entorno, pero estás enviándole señales erradas que hacen que, en vez de abrirse para verte como su mejor amiga, quiera ocultarte más las cosas por temor a lo que harás o lo que pensarás.
«La confianza se basa en la reciprocidad, por lo que si una de las partes incumple, se pierde el lazo. Respetar el tiempo y espacio de tu hijo es de vital importancia», sin querer controlar todo lo que ella hace, afirma la fuente.
Tu hija es la reina de la casa
Está bien que tengas consideraciones con ella y muchas veces quieras consentirla, pero también es necesario que pongas los límites de lo que es o no permitido, así como deben tener responsabilidades dentro del hogar.
Cuando tiene actitudes groseras, hace berrinches, no colabora con los deberes y similares, hay que hacer llamados de atención, sin caer en la violencia. Debes criarla como una persona competente que pueda encargarse de sí misma y vivir en armonía con su entorno.
Los expertos recomiendan comenzar desde pequeños con tareas como vestirse solos, ordenar las habitaciones, encargarse de su higiene personal y cocinar cosas sencillas.
Burlarse o ignorar sus sentimientos
Nadie debe disminuir los sentimiento de los demás ni tampoco juzgarlos, aunque sea tu hija.
Toma en cuenta cómo se siente, dale espacio para que hable con libertad, guarda sus secretos, ten paciencia y hazle saber que siempre podrá contar contigo, así más adelante siempre se sentirá segura a tu lado y será una mujer exitosa.
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