Uno de los problemas más grandes que enfrentamos hoy día está en la evidente descomposición social y el machismo creciente que enfrentamos todos los días. Las nuevas generaciones están «entre la espada y la pared» con tantas normas sociales y expectativas a cumplir.. Sin embargo, es muy importante pensar en la crianza que los nuevos padres están ejerciendo para que estos sean adultos de bien, empáticos y conscientes del entorno.
Así como la sociedad espera que las niñas seamos delicadas y sumisas, espera que los niños sean unos machos todopoderosos. Las familias se han desarrollado bajo las enseñanzas de los abuelos, las cuales dicen que los niños deben convertirse en hombres que vean por las mujeres de la casa, que sean proveedores económicos y que aseguren un techo. Muchos de ellos crecen con la idea de que no es su papel atender las labores domésticas ni tampoco la crianza de sus hijos, pues eso «es cosa de mujeres».
No hay un manual sobre cómo ser el padre o la madre perfectos pero sí hay que poner atención en la forma en la que se educa a los niños, el entorno donde desarrollan sus habilidades sociales y el estilo de vida que se lleva en casa.
Criar un hijo feminista no es fácil. De hecho, ser feminista no es siquiera fácil para una mujer. Hay muchos patrones machistas que incluso nosotras debemos romper. Sin embargo, cada vez aprendemos más sobre los cambios que el mundo necesita y está en las nuevas generaciones de padres y de niños, formar una sociedad con más inteligencia emocional y respeto hacia el otro.
La casa es responsabilidad de todos
Es momento de cambiar todos esos patrones machistas y enseñarles que la repartición de tareas no tiene que ver con el género sino con una responsabilidad compartida.
Un niño que atiende las labores del hogar se convierte en un adulto funcional. No tiene que crecer esperando a que su mamá o su hermana hagan las tareas «porque son mujeres»:
Estudios de la Universidad de Harvard y la Universidad de Stanford, han demostrado que los niños que entienden la responsabilidad de los quehaceres del hogar, tienen más probabilidades de convertirse en adultos felices, saludables e independientes.
A los niños se les debe enseñar por etapas, según la edad que tengan. Por ejemplo, cuando están en preescolar se les pueden dar tareas simples como recoger sus juguetes cada vez que terminen de usarlos
Llorar no es «cosa de niñas»
La sociedad oprime a los niños y a los hombres cuando se trata de expresión emocional. Los mitos culturalmente perpetuados como «los niños no lloran» pueden afectar seriamente el futuro de nuestros hijos. En un mundo lleno de prejuicios y señalamientos, es importante enseñarle a los niños a cuestionar los estereotipos de género y romper con esos patrones.
Hay que enseñarles que su sentir es válido, que sus emociones son importantes y que está bien sentirse enojados o con miedo pero que deben transformarlo en algo positivo. Esto les da el valor de la compasión y la bondad, y que «ser bueno» no es cuestión de género sino de valores.
Está bien poner límites pero no hay que imponerles barreras
Muchas veces se puede pensar que establecer límites y pautas de comportamiento implica castigos físicos, lo cual es muy agresivo. Sin embargo, es importante hacer que los niños entiendan lo que está bien y lo que no. Ellos deben ser libres de explorar y de expresarse por lo que no hay que criarlos bajo la idea de que ciertas actividades son de niños y ciertas actividades de niñas. Si les gusta bailar, que lo hagan. Si les llama la atención jugar a «la casita», que lo hagan.
Ponerles barreras no hace niños fuertes sino egocéntricos, insensibles e indiferentes, además de machistas. Es mucho más efectivo hacerle saber a un niño lo que se espera de él y lo que es inaceptable que permitirle que se meta en problemas en el futuro debido a que no sabe comportarse.
Más de este tema
El ‘Síndrome de los niños tiranos’ que enciende una alerta en la crianza de los hijos
Ser mujer no significa que debamos servir a los hombres en nuestra familia
Este pequeño con autismo se disfraza de princesa como una forma de vivir libre y feliz
Te recomendamos en video
This browser does not support the video element.