Cuenta la leyenda, que una noche ancestral, la Luna bajó a la tierra y se quedó enredada entre las ramas de un árbol.
En ese momento apareció un lobo y la empezó a acariciar con su hocico y jugaron toda la noche, hasta que ella volvió al cielo y el lobo al bosque, y esta, le robó la sombra al cánido para recordarle para siempre y él desde entonces, le aúlla en las noches de luna llena para pedirle que se la devuelva.
En el calendario astronómico existe la Luna de Lobo y sucede en el primer plenilunio del año y es que en algún momento de nuestras vidas nos contaron esta leyenda o las películas del Hollywood asociaban el brillo de la Luna Llena con las transformación del hombre en Lobo.
Cuándo admirar el cielo brillante
La primera Luna Llena del año se podrá ver el próximo 25 de enero y se le llama Luna de Lobo, Luna fría, Luna de hielo o Luna de la caza de osos. Aparecerá a partir de las 14.54 horas. En México el momento de mayor brillo será a las 18.54.
Este fenómeno ocurre cuando la Luna se encuentra en la posición opuesta al Sol desde la perspectiva de la Tierra, iluminando completamente su cara visible.
Durante la luna llena, el disco lunar se presenta completamente redondo y brillante, desvelando con claridad sus cráteres, mares y características superficiales, reseña el portal El Confidencial.
Por qué de lobo
El hecho de que la llamen Luna de Lobo tiene que ver precisamente con el animal misterioso que aúlla en las noches de más brillo del satélite y es que la explicación científica es clara, la primera Luna Llena del año coincide con la época de reproducción de esa especie.
Algunos historiadores astronómicos explican que la Luna llena de Lobo es el primer fenómeno que ocurre para darle la bienvenida al año, y se relaciona con las creencias de culturas antiguas que durante su puesta en el cielo los animales como lobos salían a cazar, esto en pleno invierno e intenso frío.
En el hemisferio norte se cree que fueron las antiguas tribus amerindianas quienes en la región de América del Norte durante la luna llena de enero se conectaban con mayor intensidad y horas posteriores eran los animales quienes se reunían en manadas para cazar y aullar muy cerca de las aldeas nativas, ciclo que repitieron por muchos años.