La mayoría de nosotras (si no es que todas) ahorramos dinero para asegurar un futuro y tratamos de evitar los gastos que consideramos innecesarios para mantener una cuenta de banco estable. Esto puede hacer que hagamos de lado sueños y planes como viajar.
Si bien el ahorro es vital, no puedes estancarte o encerrarte en una burbuja que te prive de vivir la vida que sueñas. Aquí va una afirmación que quizá te parezca un tanto alocada pero muy cierta: El dinero es necesario…hasta cierto punto.
El dinero es una simple necesidad. Necesitamos un cierto grado de ingresos para vivir nuestra vida cotidiana, pero no debe considerarse como el fin absoluto. Y es que mientras el dinero puede aumentar tu nivel de satisfacción, es una sensación pasajera que al final, se convierte en una insatisfacción. Piénsalo: cuando compras un celular con aplicaciones y un sistema avanzado, a los pocos meses estarás deseando uno que supere el que tienes y así en un ciclo infinito.
Los seres humanos estamos hechos para ser aventureros, para querer «más», para cambiar nuestra perspectiva y un viaje puede darte un sin fin de satisfacciones que algo material no te da.
No es mentira que un viaje es una fuerte inversión monetaria, pero vale infinitamente más de lo que pones en él. Dentro de unos años, olvidarás los números exactos que te implicaron llegar allí pero siempre atesorarás los aprendizajes que obtuviste en el camino.
Viajar amplía sus horizontes, te permite aprender sobre las diversas culturas que existen en el mundo y te ayudará a apreciar mejor el entorno en el que vives día a día.
Viajar crea recuerdos para toda la vida, te aleja de la rutina y te traslada a una perspectiva completamente nueva sobre la vida y sus posibilidades. El tiempo que pasas recorriendo nuevos rincones, conociendo personas o probando nuevos platillos, no tiene precio.
Viajamos por las experiencias, por los momentos que son indescriptibles y que te hacen sentir que vuelves a respirar después de todo esa angustia a la que estás sometida en el día a día.
Viajar es una de esas cosas que compras que te hacen más rica y teniendo la actitud correcta, tus experiencias traerán beneficios valiosos, quizá no a tu bolsillo, pero a algo más importante que alimentará tu alma.