¿Te pasa que en ocasiones extrañas ese puré de papas con un huevo frito encima, el estofado, o el postre de maicena de tu abuela?
O más simple que eso, puede ser un dulce, una bebida, cualquier recuerdo de comida siempre es más evocador que otros ¿no?
Según Susan Whitborne, profesora de psicología y ciencias del cerebro de la Universidad de Massachusetts, explicó a Huffington Post que efectivamente los recuerdos sobre comida son más poderosos.
“Los recuerdos de los alimentos son más sensitivos que otros, ya que implican los cinco sentidos, por lo que cuando estás tan involucrado el estímulo tiene un efecto mayor”, dijo.
La esencia de las memorias sobre lo que comemos radica en el uso del gusto, la vista y el tacto, es decir, la experiencia completa.
La aversión condicionada al gusto sucede cuando alguien se envenena por comida y en consecuencia, desarrolla aborrecimiento a cierto plato.
Cuando se trata de estos recuerdos, en general, es importante la situación que enmarca la experiencia de comida, con quién estabas, dónde y por qué, o qué, lo que agrega la parte nostálgica.
“Los recuerdos de comida tienden a ser más nostálgicos porque está todo este contexto de cuando preparabas o comías este alimento, por lo que la comida se convierte en un elemento simbólico”, dije Whitbourne.
“La idea de la nostalgia es que la salsa no sólo se asocia con la deliciosa pasta, sino también con la abuela y su hogar, por eso la comida es tan reforzante”, dijo Whitbourne.
Muchas veces también pasa que por mucho que recordemos un postre, por ejemplo, si lo hacemos con la misma receta, lo más probable es que creamos que algo le falta, o que no está igual. Esto se debe a que puedes cocinar lo que quieras, sin embargo no podrás recrear el contexto.