Comer es uno de los mayores placeres de la vida, por lo que disfrutar de un plato favorito es como estar en el paraíso. Algunos se privan de sus antojos para mantener un cuerpo esbelto, pero otros se alimentan a destajo sin ningún cargo de conciencia.
No es que el acto de comer sea malo, pero si es en exceso puede provocar malestares que después pasan la cuenta. Si eres de los que no le hacen caso a su estómago cuando envía una señal de no más por favor o voy a explotar, esta nota es para ti, como una advertencia del exceso en las fiestas de fin de año.
La señal del organismo
El estómago y los intestinos tienen un sistema de hormonas y células nerviosas-algo así como su propio cerebro-que envía una señal a varias partes del cuerpo. Cuando se ingieren muchas calorías, el intestino segrega la hormona péptido tirosina tirosina que al llegar al cerebro emite la señal de estar satisfecho. A la vez se pueden experimentar náuseas y malestares.
También existe la leptina, una hormona que evalúa la cantidad de energía almacenada en el organismo y las necesidades alimentarias. Como la señal de saciedad demora en llegar, comer demasiado rápido significa comer en exceso por accidente.
Te cansas y necesitas una siesta
Después de la ingesta de una cantidad considerable de comida, el intestino delgado envía una señal al cerebro de que el cuerpo necesita descansar y digerir todo. A su vez, los niveles de insulina suben después de comer en exceso y esto se asocia con mayores niveles de somnolencia. Además, cuando el cuerpo empieza a deshacerse del azúcar en la sangre, provoca una sensación de agotamiento.
Se manifiesta la acidez
Es un problema digestivo que ocurre cuando el jugo gástrico se desplaza hacia el esófago, causando una sensación de ardor. Esto es provocado mayormente por las comidas altas en grasas, debido a que se demoran en ser digeridas.
El cuerpo necesita expulsar gases
Después de una comida pesada, más aún si se ingieren bebidas carbonatadas y cerveza, el estómago y los intestinos se inflaman por la cantidad acumulada de gases. Allí comienza la necesidad de eructar y deshacerse de estos, pero si se está en una circunstancia que no lo permite, se provoca hinchazón y dolores estomacales.
El estómago no se expande
Se cree que la ingesta de abundante comida provoca que el estómago alcance un mayor tamaño, pero lo cierto es que esto no sucede. Tiene una capacidad de alrededor de un litro, pero puede llegar a soportar hasta tres. Entonces, la sensación de expansión se produce por la presión que sienten los órganos circundantes, lo que hace que se infle el vientre.
Recomendaciones
Si no quieres sufrir de estos malestares y menos en público, primero que todo se debe evitar llegar al punto de saturación estomacal, y si no hay vuelta atrás existen varias opciones: antiácido, tableta de carbón, infusión de menta y dar un paseo para acelerar la digestión.