La capsaicina es quizás el compuesto más conocido del chile por ser el deleite y martirio de muchos. Te alegrará saber que no sólo sirve para sentir que tu boca arde en llamas sino para aliviar algunos padecimientos relacionados con enfermedades graves y es posible que hasta pueda ayudar en su tratamiento.
A partir de diferentes estudios que probaban los beneficios de la capsaicina en el sistema circulatorio y dolores crónicos se hizo popular. Los chiles han estado en el ojo de la investigación porque además de la capsaicina, tiene otras sustancias que tienen un impacto positivo en la salud como los carotenoides.
Los carotenoides dan esos colores amarillos a rojizos a los chiles y su función principal es transferir energía luminosa a la clorofila para convertirla en biomasa por medio de la fotosíntesis. Estos compuestos podrían prevenir algunos tipos de cáncer, el sistema inmune y enfermedades del corazón.
Un equipo de investigación de la Universidad Nacional Autónoma de México ha trabajado desde hace algunos años con los carotenoides presentes en algunos chiles secos y frescos que se consumen en el país, además de la conocida flor de cempasúchil para determinar sus usos y aplicaciones en la salud.
Después de examinar los carotenoides de tres chiles populares en la cocina mexicana: ancho, guajillo y mulato, se descubrió que tienen más de 20 tipos y en diferentes concentraciones. Entre los compuestos hallados hay algunos que sirven como precursores de vitamina A, necesaria en nuestra salud para el mantenimiento óseo y de tejidos blandos, además de pigmentos para la visión.
Esta es sólo una prueba del poder curativo de las plantas y los beneficios de una buena alimentación. Los carotenoides tienen un gran poder antioxidante que no debemos dejar pasar en nuestra dieta.
