Las redes de pesca son el terror del océano, además de la contaminación que representan, miles de especies resultan heridas e incluso pierden la vida entre sus hilos. Las tortugas son clientes frecuentes de estas redes fantasma. Muchas de ellas, cuando logran ser rescatadas, quedan tan lastimadas que pueden perder sus aletas.
Este es el caso de Hofesh, una tortuga marina verde que fue rescatada de una red de pesca en la costa del Mar Mediterráneo en Israel a principios de 2009. Las aletas de Hofesh, cuyo nombre en hebreo significa libertad, estaban tan lastimadas que los rescatistas tuvieron que amputarlas para salvarle la vida. Sus dos muñones le impedían nadar con libertad, así que decidieron colocarle una aleta de buzo.
Esta aleta no fue de gran ayuda pues Hofesh chocaba con cualquier objeto que estuviera a su paso cuando intentaba nadar. Un estudiante de diseño industrial en la Universidad Hadasa de Jerusalén se enteró de su caso y quiso ayudarla.
La primer prótesis que diseñó para la tortuga emulaba la aleta dorsal de un pez pero aunque hubo una leve mejoría, Hofesh aún no podía respirar adecuadamente ni salir a la superficie.
Para el segundo intento se sacó la artillería pesada, la nueva prótesis constó de dos aletas que asemejan las alas de un avión, específicamente las del F-22 Raptor, en el que el genio estudiante se inspiró para crearla. Con la nueva prótesis al lomo, Hofesh puede mantenerse balanceada en el agua y ahora puede desplazarse con libertad.
La triste historia de Hofesh podría ser aún peor al saber que jamás podrá volver al mar, pero su tragedia no será en vano. Sus cuidadores tienen en mente grandes planes para él y una tarea específica: aparearse con una tortuga ciega de nombre Tsurit. Las crías que resulten de esta peculiar pareja serán liberadas al mar en cuanto nazcan. Ellas tendrán la oportunidad que sus padres, lamentablemente, ya no podrán tener.
Fuente: La Jornada