La caza furtiva está acabando con rinocerontes (cuernos), tiburones (aletas), elefantes (colmillos), tigres y otros animales. Lo que sea que se pueda hacer para detener su comercio ilegal es bueno. En ese sentido, las tecnologías podrían jugar un rol fundamental.
Mientras las organizaciones criminales tras el negocio se organizan y financian avances que les permitan conseguir su objetivo, los gobiernos de algunos países donde se produce la caza no cuentan con los recursos para detener a los cazadores furtivos. Quizás por eso sea necesario recurrir a la imaginación y a los equipos electrónicos.
1. Drones: Pequeños aviones sin piloto manejados a control remoto. A pesar de la controversia que rodea su uso en zonas en conflicto, el hecho de que cuenten con cámaras y distintos tipos de sensores podría ayudar a vigilar y cuidar especies amenazadas. Sus costos cada día son menores, su uso es sencillo y guardaparques en distintos lugares del mundo podrían operarlos sin problemas.
2. GPS: Un buen sistema de localización junto a servicios de Google y collares serían la salvación de muchos animales. Integrados con Google Earth entregarían a conservacionistas y científicos información en tiempo real sobre la ubicación de algunas especies, cómo se mueven por el territorio y la posible presencia de cazadores ilegales.
3. Cercas con alarmas: El Servicio por la Protección de la Fauna Salvaje de Kenia va a usar esta tecnología en algunas reservas de animales para mantener alejados a los cazadores furtivos de las especies en peligro de extinción. Este tipo de vallas se pueden utilizar en terrenos no muy extensos y en Kenia esperan que eviten hasta un 90% de la caza furtiva en las zonas cercadas.
4. Cámaras: Las TrailGuards son diminutas cámaras de vigilancia que se esconden en troncos, arbustos o grietas, se activan por el movimiento de animales de gran tamaño y por la cercanía de humanos. Gracias a una conexión a Internet envían las imágenes que capturan al instante. Su precio es bastante alto y no impiden que el cazador fotografiado escape del lugar.
5. Seguimiento por ADN: El material genético se podría usar como una manera de disuadir a los cazadores furtivos. El rastreo genético puede impedir la venta de mercancía y, sin venta, no vale la pena matar a un animal. Ya se prueba en algunas especies. Cuando se confiscan tiburones, los científicos utilizan el ADN para rastrear su procedencia, determinar dónde de cazó y así notificar a las autoridades. También se usa con los rinocerontes y los cuernos que se confiscan.
Fuente: Alta tecnología para evitar la extinción de especies (Ecología Verde)