Son alrededor de 4 mil especies las que han tenido que modificar sus entornos y migrar a nuevos territorios por culpa del cambio climático. Camille Parmesan fue pionero en estudios de este tipo en la década de los noventas, después de observar el errático comportamiento de las mariposas de la especie Euphydryas editha, que comenzó a realizar distancias más grandes de las acostumbradas y que luego descubrió era porque se estaba mudando.
“La mitad de estas especies está cambiando su hábitat y su distribución, mientras que dos tercios están alterando los eventos importantes en su ciclo vital como el apareamiento, migración o florecimiento”, aseguró Parmesan. Además agregó, “sabemos que esos cambios se deben a eventos climáticos extremos, como un año con sequía, una ola de calor o frío de varios días, o primaveras falsas, cuando se dan días de calor durante el invierno”.
En poco tiempo hemos sido testigos de grandes nevazones, huracanes, terremotos y hasta incendios desastrosos, todos provocados por el cambio climático. Donald Wuebbles, climatólogo de la Universidad de Illinois explica: “no es el calentamiento global el problema, sino que el cambio climático está aumentando estos eventos que sí son una preocupación real”. Es decir, no se trata sólo del aumento de los gases invernadero, sino que un cambio ambiental como un conjunto de factores.
El climatólogo concluye que la migración asistida, que se lleva a cabo actualmente, es la solución más viable a un problema que afecta no sólo a la flora y fauna, sino que a los propios humanos. Al encontrar barreras en su migración – carreteras, edificios, torres de control – lo vuelve la única opción, pero también tiene un riesgo: una invasión.
Fuente: More extreme weather likely (Irish Times)
