Activistas de Greenpeace se subieron el jueves por la mañana al nuevo edificio de Amazon en Seattle y desplegaron una pancarta gigante que decía: “Amazon, Microsoft: ¿Qué tan limpia es su nube?”. La sede de Amazon se ubica frente a las nuevas oficinas Microsoft y la acción causó un gran revuelo en la ciudad. Colgado por “activistas profesionalmente entrenados”, el letrero de 800 pies cuadrados con forma de nube fue diseñado para llamar la atención sobre la forma en que ambas empresas tecnológicas usan la energía dentro de sus instalaciones.
“Si queremos tener a una economía de energía renovable, no lo lograremos sin el liderazgo de estas empresas”, señaló Gary Cook, analista de IT para Greenpeace. “Durante demasiado tiempo, demasiadas decisiones energéticas fueron dictadas por un pequeño número de compañías que hoy están muy contentas con el statu quo“, agregó.
En los últimos años, Greenpeace ha volcado sus esfuerzos hacia la lucha por datacenters más verdes, potenciados por formas alternativas de energía. Estas instalaciones contienen cientos de miles de servidores y otras piezas de hardware, y tradicionalmente, usan enormes cantidades de energía que proviene de fuentes no renovables. Sin embargo, son cada vez más las empresas que trabajan para reducir el impacto de estas construcciones y usar fuentes alternativas de energía.
Amazon señala que su servicio en la nube AWS -que provee servicios informáticos a empresas en todo el mundo- ofrece una herramienta que ayuda a mejorar el medio ambiente. “En lugar de que cada empresa tenga su propio datacenter sólo para ellos, Amazon Web Services (AWS) hace posible que cientos de miles de compañías consoliden su uso de un centro de datos en un puñado de datacenters en la nube de la empresa, lo que resulta en tasas de uso más altas y la eliminación de los residuos que se producen cuando un centro de datos no funciona a toda su capacidad”, indicó una portavoz de la empresa, Tera Randall. “La nube nos permite una menor huella de carbono que reduce de forma significativa el consumo en general”.
Hace dos años, Greenpeace embistió contra Facebook por su uso de carbón en la generación de energía para sus granjas de servidores, hasta que el año pasado –tras el ajuste de operaciones del reciente dueño de Instagram– los activistas celebraron la victoria. Incluso a principios de esta semana, los activistas volvieron a apuntar contra Apple por el diseño de su nuevo datacenter en Maiden, Carolina del Norte.
A pesar de que Greenpeace ha criticado a Google por “matar” sus programas de generación de energía solar, Cook reiteró el apoyo de la organización ambientalista hacia la forma en que el gigante de las búsquedas potencia sus centros de datos. En enero pasado, Greenpeace publicó su “Cool IT Leaderboard“, en el cual rankea a las compañías según su liderazgo en la adopción de energías limpias. Google se ubico la cima. De hecho en Iowa, donde tanto Google como Microsoft poseen datacenters, Google implementa y utiliza energía eólica para potenciar sus servicios y además vende electricidad a la red central. Microsoft, por otra parte, no ha hecho nada.
Un vocero de la empresa de Bill Gates dijo que la compañía “trabaja duro para aumentar la eficiencia y la sustentabilidad de todas nuestras operaciones, incluyendo los datacenters” y que se compromete “con una amplia gama de defensores del medio ambiente, donde se incluye Greenpeace, a informar sobre sus esfuerzos para reducir su impacto medioambiental”.
Las protestas de Greenpeace no se deben tomar sólo contra la actual huella de carbono de Microsoft y Amazon, sino que apuntan a las inversiones futuras en energía que realicen las empresas. El uso que hagan de la energía debe ser transparente, compartiendo información con el público, algo que Amazon no hace todo el tiempo.
Fuente: Greenpeace Drops Cloud Protest on Amazon, Microsoft (Wired)