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Indignante: ¿Cómo se divierten los hijos de Donald Trump?

La reserva de caza era privada y por lo tanto no se rompió ninguna ley. Pero los ordenamientos jurídicos no son los que importan en este caso, sino los éticos.

Muchos de nosotros nunca tendremos dinero. Las loterías nos harán el quite y el trabajo de sol a sol a penas servirá para que alguna vez en la vida disfrutemos del trópico durante 5 días y 6 noches all inclusive. Pero nuestros sueños, que sueños son, como poder viajar en globo, o vivir una temporada en Vietnam, distan mucho de la aberración que cometen los hijos de Donald Trump, el famoso multimillonario ejecutivo, empresario y autor estadounidense, conocido por despedir gente en el reality  The Apprentice.

La caza es un verdadero drama para las especies que se encuentran en peligro de extinción. Ya conocimos la triste historia de exterminio de los rinocerontes de java, que se extinguieron a causa del tráfico de su cuerno, que vale lo mismo que el oro, a China donde se utiliza en la medicina tradicional como potente afrodisíaco. En África, los elefantes están en grave peligro a raíz de la caza furtiva, siendo el hecho más lamentable y reciente la toma del Parque Nacional Bouba N’djida en Camerún donde fueron asesinados  más de 250 elefantes.

Con todo lo horrible que puede ser esto, los cazadores consiguen el dinero suficiente para vivir durante un año completo, y la carne es vendida en pueblos muy pobres a precios muy convenientes, lo que la gente lejos de criticar, agradece. Puede ser duro ser tan frío y constatar esta realidad, pero es importante de considerar cuando pensamos en la caza deportiva llevada a cabo por personas que de seguro tienen  alguna patología del poder, porque no necesitan hacerlo por aspectos de superviviencia, sino que por puro gusto.

Es lo que hacen los hijitos de… Donald Trump. Indignante, repulsivo, penoso y un sinfín de adjetivos, cada vez más violentos, para calificar esta acción de dominio aberrante, que nace de un sentimiento de superioridad, y de poder hacerlo todo porque con dinero sí se puede.

Eric y Donald Trump Jr. mataron a un leopardo, un elefante, un cocodrilo y un búfalo en un viaje de caza de vida silvestre en el área Matetsi de Zimbabwe cerca de Victoria. La reserva de caza era privada y por lo tanto no se rompió ninguna ley. Pero los ordenamientos jurídicos no son los que importan en este caso, sino los éticos. Ya sabemos cómo actúa la justicia en muchos países, sobretodo en los tercermundistas donde el hombre blanco puede a sus anchas dejar volar una tan reprochable imaginación.

Lo que quizás no saben estos chicos exitosos, hijos de un padre que basa su éxito en el trato a sus trabajadores como si fueran un rebaño, es que un estudio los desenmascaró. “La emoción de la muerte” y una medida menor anormal del pene, es una relación bastante significativa según la primera investigación de este tipo, desarrollada por Dimunitive Male Genitalia Disorder .

Esperemos que por el solo hecho de no alumbrar la relación entre pene pequeño y afición a la caza, dejen de cometer tamaña estupidez, inversamente proporcional a sus atributos.

Fuente: The Trump Family: Just When You Thought They Couldn’t Sink Any Lower They Prove Even More Disgusting! (David Mixner)

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