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Un parásito convierte a las abejas en zombis

Con este hallazgo podría empezar a explicarse el Trastorno de Colapso de Colonias

Si hay una tendencia a nivel mundial en cuanto a cultura pop se refiere, es incluir zombis en varios productos mediáticos. Ya saben, esos muertos caminantes que, según el autor, comen carne, cerebros o simplemente cualquier ser vivo que se les ponga enfrente.

Pero eso es ficción y no nos preocupa porque el mundo de la fantasía se puede quedar en las páginas de un cómic o en la pantalla del cine y la televisión. Excepto, claro, cuando este comportamiento se hace presente en la naturaleza.

Hace unos meses, les hablábamos acerca de un extraño fenómeno que ha estado afectando a los apicultores, el Trastorno de Colapso de Colonias, en el que inexplicablemente la población de abejas se veía diezmada. En los estudios que se han hecho de manera continua, se ha repetido un cierto patrón que podría arrojar luz sobre la muerte de las abejas.

Resulta que investigadores de la Universidad Estatal de San Francisco han descubierto que en muchas de las colonias se encontró que las abejas eran presas de un parásito, para ser más precisos de la Apocephalus borealis, una mosca pequeña. El mecanismo de acción de este insecto es el siguiente: deposita huevecillos en el abdomen de las abejas, alteran químicamente su comportamiento y se vuelven una suerte de zombis, según el biólogo e investigador John Hafernik.

Los efectos de esta infección, digamos, son interesantes. En principio, las abejas se vuelven nocturnas en lugar de diurnas y, en ocasiones, buscan luz de fuentes artificiales, lo cual se vuelve poco menos que un suicidio. Bueno, eso sucede cuando las abejas pueden dsplazarse, ya que en varias ocasiones pierden la capacidad motora y las convierte, para todo efecto, en muertos vivientes.

La manera en que Hafernik, que opina que tal vez haya encontrado una de las razones determinantes para explicar la muerte masiva de las abejas, fue una de esas cosas que suenan a destino. En una ocasión, buscando insectos para alimentar a una mantis religiosa, encontró algunas abejas en la instalación de iluminación fuera del salón donde imparte su cátedra, las puso en un frasco y luego las olvidó.

Cuando volvió por las abejas, se encontraban invadidas por larvas. Y así comenzó una investigación que lleva seis años. Hafernik dice que esta “es otra pieza del rompecabezas. Lo malo es que no sabemos ni siquiera cuál forma tiene”.

Esperemos que las evidencias sigan llegando y se pueda hacer algo para prevenir la muerte masiva de las abejas.

Links

Tiny Parasitic Fly Turns Honeybees Into Zombees (TreeHugger)

Sin abejas, no hay paraíso (VeoVerde)

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