Cuando se estrenó en 2005 por Nickelodeon, Avatar: La leyenda de Aang se ganó un lugar especial en el corazón de la audiencia por su narrativa rica y envolvente, que combinaba elementos de fantasía y aventura, así como un profundo desarrollo de personajes como pocas veces se había visto en una serie animada para niños.
La historia no sólo era emocionante y llena de batallas épicas sino que también abordaba temas profundos y relevantes, como la amistad, el sacrificio, la redención y la búsqueda del equilibrio entre el bien y el mal.
Con su impecable animación, humor ingenioso y momentos de gran emoción, la serie ha logrado trascender la barrera del tiempo para convertirse en un clásico que sigue encantando, consolidándose como una obra maestra del entretenimiento animado. Ahora, Netflix está apostando por una versión live-action que ya se encuentra disponible en la plataforma y que está dando mucho de qué hablar.
‘Avatar: la leyenda de Aang’ en Netflix, ¿vale la pena verla?
“Agua, Tierra, Fuego,Aire. Hace muchos años las naciones vivían en armonía pero todo cambio cuando la nación del fuego ataco.Solo el Avatar: maestro de los cuatro elementos podia detenerlos, pero cuando el mundo mas lo necesitaba, desapareció”, reza la introducción del clásico.
Han pasado casi dos décadas pero la base de fans que crecieron con la serie clásica se mantiene ahí, lista para seguir la historia desde una nueva perspectiva pero que mantiene la esencia de la original.
La primer advertencia es que esta versión no comienza como la animación sino que nos presenta directamente a Aang (interpretado por Gordon Cormier), un prodigioso niño de 12 años que recibe la noticia de que será el próximo Avatar y que por tanto, debe separarse de sus amigos y querido Maestro para comenzar su entrenamiento. Si bien en la animación esto sucede en el episodio 12 del Libro Uno, funciona como introducción de esta producción para quienes recién se están familiarizando con la historia, al tiempo que nos lleva a empatizar desde el primer momento con Aang, quien está temeroso e inseguro de su destino.
La acción comienza de inmediato cuando los hombres de la Nación del Fuego, aprovechando un cometa que aumenta sus poderes, invaden el Templo Aire y aniquilan a todos sus habitantes, con la excepción de Aang, quien horas antes huye en su bisonte volador, Appa, sólo para terminar atrapado dentro de un iceberg.
La ausencia del Avatar y la extinción de los Nómadas de Aire permite que la guerra de la Nación del Fuego continúe, causando estragos en las Tribus del Agua y el Reino Tierra.
Cien años más tarde es encontrado por Katara (interpretada por Kiawentiio), una adolescente de 14 años con habilidades de agua control y su hermano mayor, Sokka (interpretado por Ian Ousley), lo que los llevará a ser perseguidos por el iracundo Zuko (interpretado por Dallas James), príncipe de la Nación de Fuego que busca recuperar su honor acabando con Aang. El trío estará dispuesto a luchar y eventualmente enfrentarse al temible Señor del Fuego Ozai (Daniel Dae Kim).
Albert Kim, showrunner de Avatar: la leyenda de Aang, advirtió en una entrevista con EW que no comenzar como en la serie animada “fue una decisión consciente” para mostrarle a la gente que esto no sería la serie animada. “A veces tuvimos que desentrañar historias y remezclarlas de una manera nueva para que tuvieran sentido para un drama serializado. Así que tengo mucha curiosidad por ver qué pasará en términos de reacción ante eso”, dijo.
Uno de los aspectos importantes que cambia respecto a su antecesora, es el humor ‘bobo’ ya que si bien esta producción conserva el carisma e inocencia de sus personajes principales (aunque aún hay dudas sobre haber liberado a Sokka del relieve cómico), busca tener un tono más oscuro, más maduro y más violento para retratar un mundo destrozado por la guerra.
Visualmente, la producción de Netflix es realmente atractiva y bastante prometedora, aún cuando hay un uso excesivo de CGI, pues transmite toda la magia de aquellos mundos de fantasía. Asimismo, las escenas de acción perfectamente coreografiadas resultan emocionantes, tal y como lo fueron en la animación.
Aunque esta versión tiene sus defectos, está muy lejos de ser un desastre como el de M. Night Shyamalan de 2010. Quizá los más quisquillosos estarán inconformes con esta serie, alegando que “no es una calca” (advertidos estaban) pero será un viaje emocionante para los fanáticos aferrados a la nostalgia así como para el público en general. Avatar: la leyenda de Aang es una reimaginación que vale la pena ver.