Hace 24 años, el mundo del cine conoció el potencial de la actriz española Mónica Cervera. Tenía 24 años cuando se inició en el mundo del espectáculo con la película Hongos, en 1999, en la que interpretó a Marisa Martínez, de allí en adelante participó en diferentes producciones, pero hoy su realidad en muy distinta.
Después de “saborear” las mieles del estrellato, ahora pasa su vida vagando por las calles de Marbella en España. Mónica vivió un cambio radical en su vida, pues vive en un banco en un parque en Málaga. Ella concedió una entrevista al diario Semana, donde contó algunas verdades sobre su situación, que dejó perplejos a los internautas y seguidores.
Tras participar en siete películas, tres series y dos obras de teatro, ahora lucha por sobrevivir al frío invierno en la intemperie, completamente olvidada por todos. Ella quiere un cambio, por lo que ha buscado sin éxito, el apoyo y la asistencia en diferentes organismos.
Atrás quedaron los días de gloria cuando fue nominada como Mejor actriz revelación en los premios Goya en el 2005, por darle vida a Lourdes en la cinta “Crimen ferpecto”, película que se alzó con ocho premios en el Festival de cine policiaco de Cognac. La última vez que estuvo frente a una cámara fue en el 2016, en la serie “La que se avecina”, con su papel de Mariajo Rivas. de
Pero ahora no quiere saber nada de un estudio de grabación, reniega de su pasado talentoso y solo desea vivir a su manera, por lo que se niega a aceptar la ayuda que sus familiares le han ofrecido, porque afirma que esa fue su elección.
“Me tienen que respetar. Quiero que me dejen en paz y vivir como yo he elegido vivir. (...) No quiero que me nombren la palabra televisión, ni cine. Estuve ahí en su día, pero no quiero volver nunca. Estoy bien como estoy, no quiero hablar de ese pasado”, le confesó a Semana.
Solo tiene una pequeña mochila y una bolsa negra en donde echa su ropa. Carece de un hogar, pero aún así aseveró que “no necesita nada de nadie”, pues prefiere sobrevivir pidiendo dinero en las inmediaciones del parque que convirtió en su hogar. Aunque sí fue muy enfática en lo que único que desea: “que me den una estabilidad”, es por esto que este 25 de enero tendrá una cita con Bienestar Social.
Ella se suma a lista de artistas que después de tocar el cielo con la fama, viven en el infierno de la indigencia, como la actriz Alma Delia Fuentes, quien se dio a conocer en 1947 y desde allí su carrera despegó, pero los premios que recibió no la salvaron de terminar sus últimos días en una casa abandonada, entre humedad, moho y restos animales. Murió a los 80 años en la inmundicia.