Netflix promete quitarle el sueño a sus suscriptores al mismo tiempo que arroja luz sobre uno de los procesos legales más mediáticos de Estados Unidos con su nuevo documental Juicio al diablo.
La producción se centra en Arne Cheyenne Johnson, el primer y único criminal en la historia del sistema legal de EE. UU. en alegar la posesión demoníaca como defensa en un juicio por asesinato.
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El insólito caso de homicidio es bien conocido por los seguidores de las historias de terror. En especial, desde que fue representado en el cine en El Conjuro 3: El Diablo me obligó a hacerlo.
Sin embargo, este proyecto profundiza en los hechos tras la película, cuenta con testimonios de primera mano y recreaciones ficticias de los hechos, así como grabaciones reales de la presunta posesión.
¿De qué trata Juicio al diablo, el nuevo documental de Netflix?
La historia del documental Juicio al diablo arranca a durante el año 1980 cuando David Glatzel, un niño de 11 años de edad, de repente empieza a gritar maldiciones y a comportarse erráticamente.
Los familiares están convencidos de que fue poseído y preparan un exorcismo. Su lucha captó la atención de Ed y Lorraine Warren, demonólogos e investigadores paranormales autoproclamados.
“Comenzó a tener estos arrebatos y (la familia) no sabía qué hacer”, comentó Chris Holt, el director del documental de Netflix Juicio al diablo, en el podcast You Can’t Make This Up.
“Cuando llegaron los Warren, les dijeron que empezaran a documentarlo. Necesitaban aportar pruebas y evidencias a la diócesis (para que les aprobaran) un exorcismo”, explicó.
“(El documental) es la primera vez que se muestra el audio y las polaroids, que han estado guardadas en un cajón durante 20 o 30 años”, reveló el cineasta tras la investigación.
Familiares de Glatzel estuvieron presentes en el exorcismo, incluyendo sus hermanos, Alan, Carl y Debbie. También estuvo presente el novio de la última, Arne Cheyenne Johnson, de 19 años.
Durante el procedimiento, Johnson asegura que retó al diablo a dejar el cuerpo de David y poseer el suyo, pese a que Lorraine Warrern le advirtió que podría tener graves consecuencias.
Algunos meses después, Arne Cheyenne asesinó a su casero, un hombre de 40 años llamado Alan Bono. Tras perpetrar crimen, se defendió diciendo que estaba bajo influencia de fuerzas diabólicas.
A raíz de esto, la tragedia comenzó a ser conocida como el caso “el diablo me obligó a hacerlo”. Su juicio se convirtió en todo un fenómeno mediático cuando salió en las noticias en 1981.
Ahora, más de cuatro décadas después, Juicio al diablo relata los hechos que llevaron al homicidio, el controversial juicio y lo que pasó después con relatos de allegados al caso, incluyendo Johnson.
La historia de Johnson ha inspirado muchas producciones para la pequeña y gran pantalla, como la mencionada El Conjuro 3. No obstante, es la primera vez que los involucrados cuentan su versión.
El documental ahora busca comenzar un nuevo debate sobre lo que pasa cuando las figuraciones que tenemos sobre la realidad entran en conflicto con nuestras creencias más cimentadas.
“Hay gente que dice mentiras, pero me senté con David, Arne, Alan y Carl durante horas y sus historias nunca cambiaron”, afirmó Holt.
“Creo que me estaban diciendo la verdad, pero son sus interpretaciones de la verdad y no un hecho concreto. Pero ellos creyeron y yo creí que lo que decían es verdad”, concluyó.
Juicio al diablo está disponible en Netflix desde el martes 17 de octubre.