Advertencia: esta publicación puede contener spoilers de ‘The Luckiest Girl Alive’
Netflix ha dado mucho de qué hablar con ‘The Luckiest Girl Alive’, la nueva película protagonizada por Mila Kunis en la que interpreta a una mujer que ha vivido en silencio con el trauma de un abuso sexual que sufrió en su adolescencia.
La cinta está basada en la novela homónima de 2015 de la autora Jessica Knoll y sigue a la editora de revistas Ani FaNelli (Mila Kunis), quien mientras lucha por obtener un puesto soñado en The New York Times, le piden dar su testimonio de un tiroteo que acontenció en su escuela, lo cual desata una serie de traumas de los que nunca ha podido hablar.
La cinta se desenvuelve entre los acontecimientos del presente y los recuerdos de la protagonista
Antes del tiroteo, Ani ya cargaba con el peso de un abuso múltiple por parte de quien era su novio y los amigos de éste, lo cual la llevó a tener una mala reputación en la escuela y a ser señalada como cómplice de los tiradores.
En el presente, ella sabe que involucrarse en el documental la ayudará a limpiar su nombre, lo cual puede ser determinante para obtener su nuevo empleo. Sin embargo, también teme por la posibilidad de reencontrarse con uno de sus abusadores que ahora pregona por las víctimas de tiroteos.
Las representaciones de agresión sexual durante la película son lo suficientemente gráficas como para desencadenar un gran malestar en la audiencia, especialmente en quienes han sido víctimas de algo así. Si bien la audiencia ha elogiado la actuación de Mila, ha pedido que Netflix agregue una advertencia por dichas escenas.
Pero no sólo es la cuestión gráfica lo que impacta sino todo lo que implica la historia de la protagonista. Como muchas, ella vive con una coraza, sólo muestra el lado perfecto que la sociedad espera, incluso si eso significa comer menos para mantener un peso ideal o pretender que todo marcha viento en popa con su prometido.
Ani sólo sigue el juego del mundo de las apariencias por lo que pese a que por dentro está agonizando, al exterior no muestra vulnerabilidad alguna.
A lo largo de sus recuerdos vemos cómo se niega a denunciar a sus abusadores y al contrario, sigue interactuando con ellos. Su madre la culpa por lo sucedido porque “no siguió las reglas” que ella había establecido y le dice que no está dispuesta a perder su estatus frente a la sociedad.
A veces puede ser muy difícil saber si un ser querido ha sufrido abuso. Los sobrevivientes pueden o no mostrar signos externos de haber sufrido un ataque. Pueden permanecer en silencio y optar por no hablar por vergüenza sin mencionar que la sociedad los revictimiza.
Este miedo también surge de la forma en que las víctimas a menudo son tratadas de manera diferente, tanto personal como profesionalmente, después de que salen a la luz los detalles de su victimización. Sin embargo, hoy más que nunca es importante hacerles ver que alzar la voz es poderoso y que no sólo es liberador sino que otras mujeres que han sufrido en silencio se darán cuenta que no están solas.