Desde su estreno en Netflix, el drama de época La emperatriz ha logrado cautivar a las audiencias con una gran historia de la realeza austriaca, un elenco de lujo y una impresionante producción.
Ambientada en el siglo XIX, la miniserie alemana narra en seis episodios los primeros años de vida de Isabel “Sisi” de Baviera y su romance con el emperador de Austria Francisco José I.
No obstante, aunque el proyecto está basado en hechos y personajes históricos reales, es un relato ficticio de la historia por lo que muchos de los eventos mostrados en la serie no sucedieron.
- Te puede interesar: ‘La emperatriz’: ¿quién fue realmente Sisi de Baviera, la emperatriz de Austria?
Divergencias entre la historia real de Sisi de Baviera y la serie La emperatriz
A continuación, te contamos cuatro de las principales diferencias entre los eventos reales y lo presentado en la emocionante trama protagonizada por Devrim Lingnau y Philip Froissant:
Helena no eligió llevar a Sisi a su encuentro con el emperador
En el primer episodio, el público ve a la protagonista viajar junto a su hermana mayor Helena de Baviera y su madre, la princesa Ludovica, al hogar real de Bad Ischl para reunirse con el emperador de Austria.
La reunión estaba planteada para que Helena se comprometiera con Francisco José I. En el trayecto, la mayor de las hermanas confiesa a Sisi que ella tuvo la idea de llevarla al viaje porque le preocupaba.
No obstante, de acuerdo a historiadores, la idea de llevarla al viaje fue de su madre. Y es que Isabel atravesaba una crisis depresiva por un frustrado amor y esperaba que el paseo la ayudara.
Francisco y Sisi no se conocieron en el bosque
La serie de Netflix muestra que los emperadores se conocieron en un breve encuentro casual en el bosque en los alrededores del palacio en Bad Ischl.
No obstante, en la biografía The Lonely Empress: Elisabeth of Austria, la autora Joan Haslip asegura que el primer encuentro entre Isabel y Francisco ha sido muy romantizado a lo largo del tiempo.
En realidad, se reunieron por primera vez en el salón de la archiduquesa Sofia en el antes descrito encuentro para que el emperador se comprometiera con Helena de Baviera.
En ese momento, Haslip asegura que Sisi estaba “de pie modestamente junto a su institutriz” vestida negro –las Baviera vistieron este color- que acentuaba su “gracia exquisita y la delicada textura de su piel”.
- Te recomendamos: ‘La emperatriz’: así lucen los actores de la serie sin caracterización (Sisi parece otra)
Lo que la autora dice que sí ocurrió fue el continuo intercambio de miradas entre los dos. Haslip señala que él era “mucho más joven y mucho más guapo de lo que recordaba”.
Así es que, cuando él miraba en su dirección, la joven de 16 años “siempre lo encontraba mirándola con una expresión extrañamente seria que la hacía sonrojarse de vergüenza”.
La autora también señala que el emperador de 23 no podía dejar de comentarle a su madre lo “encantadora” que era Isabel y la describió como con labios como “fresas maduras”.
El emperador no anunció su compromiso frente a un grupo
Un evento memorable en el primer episodio de la serie es cuando Francisco pide la mano de Isabel en matrimonio en medio de una reunión en el marco de su cumpleaños.
En la vida real, sí prefirió a Isabel, pero no hizo este anuncio frente a un grupo de personas. Haslip afirma que el emperador pidió a su madre que le pidiera la mano a la madre de Sisi.
En el momento en el que Sisi se enteró, según la autora, ella dijo: “Por supuesto que lo amo, ¿cómo podría evitar amarlo?” para luego romper en llanto y exclamar “si tan solo no fuera un emperador”.
De acuerdo a Vogue, Isabel también “estaba sorprendida y un poco avergonzada por todo el calvario”, mientras su hermana quedó destrozada, afectando su relación para siempre.
Sisi lloró el día de su boda
Aunque no se sabe exactamente cómo fue la relación entre los emperadores, se dice que a Isabel no le gustaba Francisco tanto como él gustaba de ella. Según reportes, lo creía aburrido.
Los historiadores también señalan que la pompa del matrimonio hizo a la jovencita sentirse muy abrumada y lloró en todo el camino de regreso a su nuevo palacio en Viena.