El mundo está conmocionado por la muerte de la reina Isabel, dejando sensaciones agridulces entre sus familiares y seguidores, entre los que se incluye a Meghan Markle, con quien no sostuvo una gran relación.
La exactriz la conoció y respetó por ser la abuela de su esposo, el príncipe Harry, pero ambas tuvieron fricciones por sus formas de ser, muy diferentes entre sí, lo que ocasionó que ese vínculo se fuese desgastando con el paso del tiempo.
Lo que al inicio fue un trato cordial entre ambas, luego se transformó en una serie de desplantes que la reina Isabel le hizo a Meghan Markle, y viceversa, que generaron mucha polémica en torno a la Familia Real.
Una de las más recientes, es excluir a la estadounidense de su herencia. Según Publimetro, la monarca actualizó su testamento hace poco tiempo y le dejó la gran parte de sus joyas valuadas en 100 millones de dólares a Kate Middleton y su hija Charlotte, pero no tuvo consideración con Markle ni con su hija Lilibet.
Meses atrás, durante la celebración del Jubileo de Platino por sus 70 años en el trono, la mandamás le prohibió a la pareja aparecer en el balcón del Palacio de Buckingham, donde sí estuvieron otros integrantes de la realeza para saludar al público.
La propia Meghan Markle confesó que cuando estaba embarazada, parte de la Familia Real hizo comentarios racistas sobre el color del futuro bebé en camino y también sintió la exclusión en muchas oportunidades. Aunque no confirmó que la reina Isabel fue una de ellas, tampoco lo desmintió cuando la cuestionaron.
De hecho, uno de los eventos que impulsaron su salida de la realeza fue cuando se publicó una imagen de la soberana en su escritorio: tenía retratos de su hijo Carlos y la princesa consorte y William con Middleton, pero no de Harry, su esposa o alguno de sus hijos.
“Esa imagen fue la indicación más clara de que Harry y Meghan no se consideran parte del futuro de la institución. Desde su punto de vista, ya no tenía sentido seguir ahí”, afirmaron medios como ABC.