Los paparazzi que acecharon a la princesa Diana se convirtieron en una plaga que terminaron con su vida. Fue el 31 de agosto de 1997, cuando Diana murió trágicamente a la edad de 36 años como resultado de las lesiones sufridas en un accidente automovilístico en el túnel de la carretera Pont de l’Alma en París, Francia. Acababa de salir del Hotel Ritz con su novio, Dodi Fayed, ambos se subieron a un Mercedes conducido por el jefe de seguridad del hotel, Henri Paul y estaban acompañados del guardaespaldas personal de la pareja, Trevor Reese-Jones.
El auto estaba siendo perseguido por un enjambre de fotógrafos cuando Paul, en un intento por evadirlos, perdió el control para después chocar de frente con un pilar que destruyó el vehículo. Fayed y Paul murieron instantáneamente, mientras que Reese-Jones y la princesa, estaban gravemente heridos. Diana estaba viva cuando los paparazzi llegaron a la escena, y tal vez pudo haberse salvado, de no ser porque las imágenes de su cuerpo lesionado fueron más importantes que su supervivencia.
«Todo comenzó a acumularse, algo así como que la prensa estaba siendo insoportable siguiendo cada uno de mis movimientos. Comprendí que tenían un trabajo, pero la gente no entendía que tenían binoculares todo el tiempo. Contrataron el piso opuesto en Old Brompton Road, que era una biblioteca que daba a mi habitación, y no era justo para las chicas. No pude descolgar el teléfono en caso de que alguno de sus familiares estuviera enfermo durante la noche. Los papeles que solían enviarme a las 2 am, estaban publicando otra historia: «¿Puedo confirmarlo o negarlo?», comentó Diana en una ocasión sobre el acoso de la prensa.
En una extraña coincidencia, Diana ganó una orden de restricción contra el fotógrafo Martin Stenning, casi un año antes de morir en dicho accidente. A Stenning, le gustaba perseguir a la princesa por todas partes por lo que Diana decidió tomar acción contra él. En una declaración, Diana afirmó que las acciones de los paparazzis comos Stenning «estaban pensadas en causarle daño». Stenning insistió en que no era así, pero el tribunal se puso del lado de Diana y le puso una orden restrictiva de 300 metros.
Nadie puede asegurar si el accidente se debió a los fotógrafos, después de todo, el chofer iba en estado inconveniente, según los reportes. Pero lo que es un hecho es que se trata de una labor intrusiva que ha puesto en riesgo la vida de muchas celebridades y de los propios paparazzis.
El príncipe William William dijo en una ocasión: «Si eres la Princesa de Gales y eres madre, no creo que te persigan 30 motociclistas que te bloquean el camino, que te escupan en la cara para obtener una reacción tuya … Las mujeres lloran en público para obtener una fotografía, no creo que sea apropiado. «Lamentablemente, la mayor parte del tiempo que ella lloraba por algo tenía que ver con la intrusión de la prensa. Harry y yo, tuvimos que vivir eso ».
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