Hoy se celebra en 239 aniversario de Jane Austen, esa escritora británica que retrató el amor y las costumbres de su tiempo en novelas como Orgullo y prejuicio, Emma, Persuación y Sensatez y sentimientos.
Hoy, por primera vez, en el Reino Unido se festejó el Día de Jane Austen, además de un festival con el mismo nombre y que se ha llevado a cabo desde hace tiempo: la gente se viste con trajes de época, se exhiben manuscritos de la autora, se proyectan las adaptaciones cinematográficas.
Jane Austen, precursora de la novela británica costumbrista, nació el 16 de diciembre de 1775 en Steventon, Hampshire, al sur de Inglaterra, y comenzó a escribir cuando era adolescente, principalmente sobre la vida de las mujeres a principios del siglo XIX.
Sus obras se han llevado al cine y la televisión, siguen vendiéndose en las librerías (incluso existe en Facebook un juego en su honor). Hay que reconocer que las historias y los personajes funcionan a la perfección, sin traicionar nunca los mecanismos de la trama. Virginia Woolf, por cierto, lo reconocía.
En Belelú celebramos a la autora con sus 20 frases más memorables.
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La mitad del mundo no puede entender los placeres de la otra mitad.
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Si hay una facultad de nuestra naturaleza que puede considerarse maravillosa, es la memoria.
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La sabiduría es mejor que el ingenio y, a la larga, sin duda tendrá la risa de su lado.
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Siempre es incompresible para un hombre ver cómo una mujer rechaza una oferta de matrimonio.
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Las tonterías dejan de serlo cuando son realizadas de forma atrevida por gente con sensibilidad.
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El bien no siempre conduce a un buen final. Es una verdad reconocida por todos.
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Una novela debe mostrar el mundo tal como es. Cómo piensan los personajes, cómo suceden los hechos… Una novela debería de algún modo revelar el origen de nuestros actos.
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Del pasado no hay que recordar más que lo placentero.
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Los sentimientos son absurdos. Y si piensas en el sexo de aquellos a los que se dirigen, son una auténtica locura.
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Las sorpresas son tontas. El placer nunca aumenta y los inconvenientes son muchas veces considerables.
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A veces la última persona en el mundo con la que no quieres estar es la única sin la que no puedes estar.
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Hay personas que mientras más se haga por ellas, menos harán por sí mismas.
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Me maravillo a menudo de que la Historia resulte tan pesada, pues gran parte de ella debe de ser mera invención.
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La ironía es la unión de verdades contradictorias para crear una nueva verdad, sonriendo o riendo. Y confieso que, si la verdad no se dice con una sonrisa, yo la considero falsa y una negación de la naturaleza humana en sí misma.
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La amistad es el mejor bálsamo para las heridas que produce en el alma un amor mal correspondido.
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La imaginación de una mujer es excesivamente rápida. En un momento salta de la admiración al amor y del amor al matrimonio.
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Estar bien informados nos impide alimentar la vanidad ajena, lo cual el buen sentido aconseja evitar.
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Estoy dispuesta a actuar de la manera más acorde, en mi opinión, con mi futura felicidad, sin tener en cuenta lo que usted o cualquier otra persona igualmente ajena a mí, piense.
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Una persona, hombre o mujer, que no es capaz de encontrar placer en una buena novela, seguramente es intolerablemente estúpida.
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Enloquece cuantas veces quieras, pero nunca desfallezcas.