Motomami: el sentir de moda Y2K en términos centennials y latinos

Rosalia logró posicionar una palabra y convertirla en un referente para una nueva generación de creativos

Cuando Rosalía introdujo el término de ‘Motomami’ en la cultura pop, probablemente ella ya tenía muy claro lo que significaría en términos de impacto y nivel artístico. Y no es para menos: su nuevo trabajo tardó tres años en ser la obra maciza que ahora se escucha por doquier, y se ha ganado una puntuación casi que perfecta según la crítica especializada. Por esta razón, la palabra terminó por ir más allá de limitarse a un simple trabajo musical.

‘Motomami’ llegó para quedarse por al menos un buen tiempo, porque esa es parte de la esencia que emana de la generación Z, o los centennials, una que ha crecido entre collages de culturas e inmediatez a todo; una generación digitalmente nativa que se está caracterizando por borrar divisiones y eliminar la clasificación.

Ahora bien: El público de la artista es el que manda la parada en la realidad cultural del planeta en estos momentos, una generación que toma identidades de otros mundos para crear la propia, que es justamente lo que ella hace. Y precisamente, esta mezcla ha sido el punto de partida para la creación de una identidad visual en la moda y para los próximos consumidores incluso, porque ha demostrado el cómo es posible agarrar inspiración literalmente de las cosas más extrañas entre sí y hacerlas ver cohesivas, reinterpretando sus significados y dándole uno nuevo. Desde subirse a la ola del estilo ‘Y2K’ hasta llevar el concepto de ‘Motomami’ (fuerza/moto y fragilidad/mami) de la manera más literal posible, o también agregándole la definición de que la motocicleta ese referente al poder femenino y la palabra ‘mami’ sería el sinónimo a ese empoderamiento sexual que tanto vemos en las divas del pop.

La moto no es la moto, ese animal es lo que ella trae entre sus piernas. No hablamos de la maquina con llantas, hablamos de ella misma. Por esta razón vemos a muchos, alrededor del mundo decir ‘La Motomami’ (o Motopapi) soy yo’, afirma Gustavo Prado, coolhunter y creador del portal y agencia de tendencias TrendoMx.

Si bien, ‘Motomami’ viene con una connotación femenina implícita, Diana Lucia Gómez, mejor conocida como Diana Lunareja, experta en mercadeo y moda, afirma que “se ha hablado de los “Motopapis” por su clara intención de posicionar el concepto para aumentar su alcance”.

No cualquiera puede traducir el panorama actual de una manera única, tanto musical como estéticamente, y por eso es que Rosalía no es la típica artista pop. Con su disco ‘El Mal Querer’, ya estaba dando sus pinitos de como quería darle al flamenco el reconocimiento que se merecía dentro de la nueva juventud, porque hasta ese entonces el nicho de este tipo de música era bastante claro, pero con ese álbum y su aporte, dio a este clásico sonido típico de su natal España, una mirada diferente ante todo el mundo.

Cuando dio su salto al reggaetón (que de por sí le sigue costando muchas críticas, hasta el punto de llamarla ‘colonizadora’), la vimos seguir incorporando estos elementos puntuales de este género, y con ‘Motomami’ vimos cómo remezcló todo lo que tenía en su cabeza, pero a la máxima potencia, y es posible escuchar su homenaje al flamenco esparcido en todo el disco. Y, por supuesto, está en un momento cultural en el que colegas como Karol G y Farina dejan a un lado esa connotación machista y callejera de antes, algo imborrable, para convertir el género en un referente de deseo. Rosalía da un salto adelante: lo entiende en un mundo de multirreferencias digitales que se consumen y se transforman de forma única y que son un nuevo lenguaje de comunicación.

5 preguntas a…

Diana Lucía Gómez, Dianalunareja en redes sociales, consultora de marca

Rosalía ha sido una pieza clave en toda la estética motera que ha surgido como tendencia, como percibes esta tendencia?

Su equipo tiene una buena investigación de tendencias, porque conectaron con un referente presente en colecciones como las de Dior y Balmain otoño 2022. Creo que definitivamente Rosalía está impulsando más que nadie esta tendencia, al convertirla en un eje temático esencial de su nuevo álbum y lanzando de forma tan impactante toda una oleada de contenido, videoclips e imágenes poderosas asociadas a la estética de las motocicletas y las bikers. La estrategia de marketing de Rosalía es integral y detallada, considerando desde los pequeños detalles hasta las grandes acciones para reforzar el mensaje y la carga visual de la propuesta creativa, así que se considera que otros también incorporen esta estética, que sea fácil de imitar en entornos como TikTok y que ella en sus apariciones públicas enfatice esta narrativa usando chaquetas de motera y hasta acompañando su look de afterparty de la gala MET con un casco como accesorio.

¿Cómo definirías la estética que Rosalia decidió adoptar?

El trabajo creativo que hacen Rosalía y su equipo está en línea con la cultura del momento: una mezcla de referencias atravesadas unas con otras, diferentes capas de sentido bajo cada canción, video y contenido digital, los easter eggs, el remix y hasta el shitposting como recursos para contar una historia a una audiencia bombardeada de contenidos, saturada de estímulos y capaz de cruzar las referencias para darles un nuevo sentido.

Así, ella une la estética propia del flamenco con elementos religiosos (especialmente alusivos a las vírgenes), con obras de arte y literatura de España, con referentes de películas, con la estética propia del anime, con la cultura callejera, y con la estética de otros ritmos musicales con los que colabora, como el reggaetón. Y esto solo por reducir la lista.

Y se podría decir que la estética de Rosalía toma cualquier cosa sin justificación o sin originalidad, pero es importante entender que, en el escenario de la creatividad actual, la figura del curador ha ganado inmensa relevancia. Se trata de ser capaces de hacer lecturas paralelas a todo tipo de referencias (visuales, musicales, culturales) y cruzarlas en una misma historia para darles un nuevo sentido. Los fans de Rosalía disfrutan el placer de ir revelando cada capa de sentido, así que la complejidad de lo que se narra en letras, ritmos, visualización, espectáculos, engancha bajo la idea de que estás desentrañando de a pocos el misterio de quién es Rosalía y hasta debatiendo entre ellos lo que realmente significa cada cosa.

¿Qué otros referentes se te vienen a la cabeza si hablamos de encontrar en la cultura pop actual, por este mismo estilo?

Para mí las divas del pop siempre han tenido esa posibilidad de crear historias que trasciendan sus letras y lleven mensajes adicionales desde lo audiovisual y lo estético. Desde Madonna hasta Gaga, han sido conscientes de todo lo que pueden narrar. Diría que un caso clave de la última década es Beyonce, que también ha tenido una dirección de arte inteligente y consistente. Por poner un ejemplo, es capaz de mezclar desde referentes de arte clásico a estéticas de diferentes regiones de África e incluso simbología cristiana para narrarse a sí misma como una diosa/madre. Y esto puede que no lo entienda la mayoría de gente que ve sus videos, pero a ese público fiel a su música le presenta una obra rica en mensajes para que cada detalle sea leído.

Diría que la diferencia con Rosalía es que esta le habla a un público aún más joven, y por eso muchísimo más capaz de entender esos cruces de contenido, cambios rápidos de referente y narrativas digitales. Entonces si Beyonce era una mezcla elegante, Rosalía sí le apunta directamente al shitposting.

¿Crees que está ligada a la tendencia del Y2K?

Creo que su equipo está al tanto de las tendencias y la Y2K es perfecta para la historia que están contando. Cosas como los gorritos peludos que ha usado últimamente son una forma intencional de asociarla con esta tendencia. Por otro lado, ella ha estado muy enfocada en usar la mariposa como símbolo de transformación, incluso presente en el arte tipográfico de Motomami. Desde hace rato vemos a Dua Lipa también utilizar mucho, prendas con mariposas y esto hace parte de la estética Y2K con toda.

¿Cómo has visto esta estética permeada en las nuevas colecciones que las marcas están produciendo?

Más que colecciones, creo que habrá una influencia poderosa en el estilismo y las inspiraciones de campaña. Hace poco vimos a Sydney Sweeney para Jacquemus posando como toda una ‘Motomami’. Y seguramente veremos más propuestas creativas que exploren esa inspiración.

Y, ¿cómo definirías este concepto?

Creo que lo más interesante es la idea de que en géneros urbanos usualmente es un hombre el que va conduciendo la moto y atrás va la mujer que lo acompaña. En el cine y hasta el anime, cuando se ve una mujer conduciendo su propia moto, usualmente se le atribuye una actitud confiada, poderosa, de independencia y hasta peligro. Creo que Rosalía sabe aprovechar ese referente y, más allá de la connotación sexual de estar montada en la moto (que ella enfatiza al cantar “te quiero ride como mi bike”), hay un llamado de independencia femenina al ser ella la que conduce su moto.

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