Federico, ‘Fico’ Gutiérrez, ahora es alcalde de Medellín. Este siempre ha destacado que en medio de su vida política y personal su esposa y sus hijos han sido su mayor pilar. Y su pareja se llama Margarita Gómez, quien le ha dado su apoyo desde que comenzó su carrera política.
Está con Gutiérrez desde hace veinte años.
Ellos tienen dos hijos, que son Pedro y Emilio, de 10 y 13 años. Ambos se conocieron cuando ella estaba en décimo y él estaba ya en segundo semestre de Ingeniería Civil en la Universidad de Medellín.
Ella también es ingeniera, pero administradora. Salió de la Escuela de Ingeniería de Antioquia. Ejerció también como primera dama de Medellín entre 2015 y 2019.
Margarita: más que una ama de casa desesperada y soporte de Fico Gutiérrez
Ella también tiene una especialización en mercadeo y trabajó en un banco de Medellín, entre otras entidades. Pero luego de que Gutiérrez incursionara en la política, ella se enfocó en el hogar. Y de hecho, pasaron adversidades: perdieron a una bebé que no pudo nacer. Se llamaría Juanita.
Sus creencias y gestión como primera dama de Medellín
Margarita Gómez fue gestora social en la alcaldía de su marido. Ella lideró el programa “Tejiendo Hogares”, que buscaba prevenir el maltrato infantil. Asimismo, inauguró el jardín infantil “Buen Comienzo Casa del Encuentro” en el Museo de Medellín.
También se ha destacado, a su vez, por sus profundas creencias religiosas y por un perfil bastante discreto al lado de su marido. De hecho, es una devota católica.
Se ha hecho viral su imagen en ciertos casos que atañen a la infancia. De hecho, en 2017 se pronunció ante la muerte de un pequeño en un barrio vulnearble de Medellín. Esto, por maltrato.
“ Desde el Despacho de la Primera Dama de Medellín vemos con dolor cómo la vida de los niños y niñas de la ciudad está siendo afectada por la violencia intrafamiliar y la indiferencia de la comunidad que ve pasar hechos de maltrato sin motivarse a la denuncia pública contra los agresores”, dijo ella en una misiva.
“Por esa indiferencia, hoy Miguel Ángel Rivera Giraldo, de dos años de edad, no está con nosotros. Esta muerte tiene que movernos como papás y mamás a reflexionar sobre la forma en que estamos protegiendo a nuestros hijos. Como adultos somos los responsables de generar entornos protectores a esos niños y niñas que merecen crecer y vivir con amor y respeto y no en medio de batallas campales, en las que ellos son las principales víctimas de las agresiones físicas y emocionales”, dijo la entonces primera dama de Medellín.