Acaba de ser abuela por cuarta vez, y ese rol la tiene feliz. Con sólo 5 días de diferencia, su hijo menor y su hija Krishna (también animadora de televisión) tuvieron a sus respectivos hijos. Paradojalmente su familia se llena de vida, mientras ella realiza charlas para aprender a vivir con el dolor de la muerte.
Basta conversar un par de minutos con Eli de Caso para notar que sigue siendo la misma mujer cercana y positiva que conocimos en la televisión de los 90. Desde entonces que lo suyo es la ayuda, el servicio a las personas; la diferencia es que ahora se ha profesionalizado. A fines de febrero concluyó su trabajo en radio Agricultura, luego de 13 años en la emisora. Quería darle una línea de coaching –proceso que tiene como objetivo el máximo desarrollo profesional y personal– a su programa, pero en la radio buscaban algo más político y periodístico, por lo que finalmente no llegaron a acuerdo; asegura que su salida fue en muy buenos términos, y en el momento indicado. “Estoy estudiando para coach, me certifico el próximo mes. Ya llevo un año en esto, por lo que quiero un giro hacia ese lado. Tener un contacto directo con la gente para ayudarla, una guía para que logren reflexionar, pensar mejor y darse cuenta de sus potenciales”. Por ahora sigue en la búsqueda de una radio, porque se declara una enamorada del formato.
Derribando murallas
En el afán del día a día, muchas veces no somos capaces de reconocer nuestros talentos y propios recursos, explica. “Y en ese sentido ese era mi siguiente paso profesional y de mi desarrollo personal. Por eso decidí estudiar”. ¿Por qué coaching? “Lo que pasa es que se te abre el mundo, se caen las murallas que muchas veces tenemos sólo en nuestra mente. Lo que logra este sistema es que tu te detengas a pensar para darte cuenta de las cosas, y eso es lo que yo quiero. Lo bueno es que uno se transforma en una guía para que el otro se conozca, para que descubra su potencial. Ya no digo ‘lo que tienes que hacer’, y esto es nuevo para mí también, he tenido que reacomodar mi cabeza; ha sido súper desafiante”.
¿Quiénes serían tu foco?
Este nuevo concepto es un mensaje muy grande para todas las mujeres, especialmente las mayores de 50 años, porque muchas veces sienten que se terminó la vida, que ya no quieren hacer cosas, que “estoy muy vieja”, pero de verdad cuando uno se propone cosas o pequeños desafíos, da otro sentido a la vida. Tener propósitos es fundamental para reinventarte y reencantarte con la vida.
Tus charlas para ayudar a vivir el duelo, ¿cómo han resultado?
Ya han sido cuatro charlas, instancias muy acompañadoras, muy cariñosas. En el fondo el aporte que hago es una forma de mirar la pérdida desde otro lugar. Porque perder a un ser querido es algo tremendamente doloroso, y los procesos de duelos hay que vivirlos, no se pueden saltar. Cuando no se viven y las personas se hacen un poco “las locas”, se van quedando con eso, va aumentando y finalmente terminan con un cáncer porque por alguna parte tiene que salir ese dolor. La idea es acercar a las personas al proceso del duelo –que además tiene distintas etapas– para que lo conozcan, lo reconozcan en ellas mismas y se den cuenta en qué etapa están. La mirada diferente de la que hablo es “yo puedo sentir mucho dolor por la pérdida de ese ser querido, pero eso no significa que yo elija una vida de sufrimiento”. Porque como nosotros nunca hablamos de la muerte, evitamos hacerlo, y cuando una persona está de duelo tampoco le hablamos o le preguntamos si quiere o no quiere hablar. En el fondo ponemos una cortina, y lo que hace eso es que la persona se sienta mucho más sola, más desamparada y que el mundo se le derrumbe. En definitiva, es aprender a mirar que la muerte es un gran compañero de la vida. Porque cuando estás más consciente de la vida y de la posibilidad de no tenerla, sacas mucho más provecho al diario vivir.
Y los asistentes, ¿cómo reaccionan?
¡Les cambia la cara! Y estamos hablando de algo tan sencillo, tan simple, pero que no vemos y de lo que no hablamos. Se van tremendamente agradecidos porque sienten que se sacaron un peso de encima. Voy abriendo las cortinas de la mente y les voy mostrando que la vida es maravillosa, que esa persona vino a entregarles algo muy importante, a cumplir un ciclo, y ese ciclo hay que respetarlo.
Hace 6 años, además, recorre el país con los “Encuentros con Eli de Caso”, charlas enfocadas principalmente en mujeres, en diferentes municipales y empresas. “Son instancias que tienen que ver con el valor personal. La mujer latina ha aprendido a ser invisible, a no valorarse y no colocarse en el lugar de sus prioridades. ¡La chilena siente que su éxito o valorización está en servir a los otros! Entonces posterga gran parte de su vida por la familia, por los hijos, por el marido, por el trabajo, y nunca se pone en la lista de prioridades. Para mí estos encuentros con las personas en directo, viendo su lenguaje corporal y emocionalidad…, son momentos mágicos, sagrados. Salgo llena de amor y muy feliz. Me siento súper agradecida, porque siento que estoy recibiendo ahora de una siembra que hice en el país hace mucho, porque el cariño de la gente es muy grande.
*Las charlas para vivir el dolor del duelo son gratuitas. Inscripciones en: www.parquedelrecuerdo.cl.