Imagina nacer y no saber por qué eres diferente a los demás, que en la calle te señalen y se te queden mirando, que la gente por ser diferente te rechace o te niegue oportunidades, que te quieran cambiar para verte “normal” hasta hacerte creer es el único camino de vivir.
Ahora, imagina ser una persona entre cada 17.000 que tiene una característica que casi nadie entiende; víctima de la ignorancia de la sociedad y hasta de la comunidad médica. Y que la segregación por parte de otras personas sea más común que el entendimiento sobre una condición que no tendría que aislarte.
Según las Naciones Unidas (2020), se estima que en América del Norte y Europa una de cada 17.000 a 20.000 personas presenta algún tipo de albinismo. Es tanta la discriminación que los albinos sufren –a nivel mundial– que el 13 de junio se creó el Día Internacional de Sensibilización sobre el Albinismo.
Pero detrás de los datos que podemos leer se encuentran personas, experiencias, cicatrices; y también fortaleza, lecciones, e información valiosa de cómo podemos ser parte del cambio y no del problema.
En Nueva Mujer platicamos con la modelo albina Ruby Vizcarra, quien nos habló de los obstáculos de una persona albina en México. Así como de su reconciliación con el amor propio y la destrucción de los estereotipos, de su camino como modelo, y de su activismo para ayudar a más personas albinas.
La desinformación: el más grande obstáculo
Ruby nos contó cómo la falta de información del albinismo se convirtió en un obstáculo desde su nacimiento. “Al momento que yo nací, ni siquiera los doctores le pudieron explicar a mi mamá qué era esta condición”.
Mientras que su mamá solamente quería saber si ella estaba sana; una enfermera intentó comprarla, los doctores la paseaban por los cuartos, y nadie le explicaba a sus los cuidados que debía tomar.
Asimismo, la ignorancia convierte a muchas personas con albinismo en blanco de crítica o burlas. “A veces ni tú mismo entiendes qué es lo que tienes, y la gente te empieza a decir que tienes una enfermedad contagiosa porque eso lo creen mucho; creen que si te tocan se van a contagiar. A parte, vas tú caminando y todos se te queden mirando, eso también es totalmente incómodo, no quieres ni salir.”
El sistema le faltó a la mexicana; los doctores no le explicaron lo necesario, los maestros no podían orientarla, y los niños no tuvieron la información disponible para entender que Ruby era igual que todos ellos, sólo que ella era una «belleza sin pigmento».
Los estereotipos, un peligro para el amor propio
Los estereotipos son transmitidos, promovidos y aprendidos con frecuencia a través de familia, amigos y medios de comunicación (Valdepeña, 2005),
“Lamentablemente nos dejamos llevar por lo que vemos en revistas o lo que vemos en televisión, y pensamos que eso es digamos, lo normal. A mí desde mi adolescencia las personas comenzaban a decirme,«oye por qué no te pintas el cabello para que te veas normal.»”, afirmó Ruby contundentemente.
Es innegable cómo la televisión, revistas y redes sociales que dominan en el mercado se convierten en el ideal y el «único camino» de los consumidores. “Yo sentía que no era normal, y entonces tenía que hacer algo para poder serlo. Comencé como a maquillarme, a pintarme de manera que me viera como las demás personas. Siento que igual –desde antes y hasta la fecha– todavía la gente no está muy acostumbrada a ver otro tipo de perfiles.”
“Cuando me empecé a transformar fue yo creo la etapa más difícil de mi vida porque ya después comenzaba a verme al espejo, yo me veía así como de que no era yo. Prácticamente yo me desconocía y me ponía a llorar porque no quería estar así.”, confesó la joven.
Ruby extrañaba su cabello blanco, no quería pintarse, pero pesaba más el ser diferente. Esto provocó que tuviera una fuerte depresión que tuvo que ser asistida por terapia psicológica y psiquiátrica. Esto fue ayudándola a aceptarse, a amarse. “Decidí ya ser yo misma, recuerdo que me rapé, me rapé el cabello completamente porque quería que ya saliera mi cabello natural, entonces a partir de eso cuando veía que ya iba saliendo mi cabello natural, yo me veía al espejo y fue la primera vez que pude decir, que bonita me veo, que bonita me veo siendo simplemente yo.”
Contacto Ruby: @ruby.vizcarra.oficial
Los sueños comenzaron a cumplirse
En el momento que ella se aceptó se abrieron muchas puertas en su vida, ya no había imposibles, ser modelo comenzó a ser una opción. Desde pequeña fue su sueño, uno que se veía interrumpido por el miedo a no ser aceptada. “Cuando ya comencé esa transformación de ser yo misma, justamente fue cuando no me importó eso, no me importo si me iban a aceptar o no”.
“Mi propósito era poder demostrar que una persona con albinismo y cualquier otra persona que tenga una característica poco común o que la gente lo haga parecer diferente tuviera la oportunidad de estar en este tipo de medios, que es de los medios que más nos excluyen.”
Y aunque la aceptaron inmediatamente, su primer contacto con el modelaje no fue la experiencia más grata. Intentaron hacerla pasar por una mujer extranjera, escondiendo su albinismo al transformarla, pintarla, y modificar su esencia. Esto –por supuesto– desencantó a Ruby, quien solamente se quedó para aprender los elementos básicos, y así, ya con experiencia, emprender a proyectos que la aceptaran tal y como era. Por mucho tiempo le habían –y se había– negado su verdadero ser, y no lo iba a permitir una vez más.
Una inspiración para todas
Comenzó a ganar éxito, y seguidores. Sin embargo, muchas personas albinas le preguntaban cómo podía ser que fuera modelo siendo albina. Este tipo de cuestionamientos la angustiaban porque eran una reflejo que los sueños de algunas personas no podían volar alto; los ataban los estereotipos, el miedo, la falta de representación. Por ello, la joven comenzó a abrirse a través de sus redes sociales, contando sus experiencias, sus miedos, a ser vulnerable para inspirar a otros.
“A partir de ahí yo empezaba a subir una fotografía mía y dejaba algún mensaje, algún mensaje de motivación o contando de mi experiencia, y de repente esas chicas me mandaban fotos de su proceso, de que ella se estaban dejando su cabello blanco, al ver las publicaciones que yo hacía, entonces eso me llenó de mucha emoción.”
El lado oscuro de las redes sociales
Y aunque las redes sociales unen, ayudan, motivan y representan, estas también tienen un lado oscuro en donde todos pueden opinar y creen que es su deber hacerlo en absolutamente todo. Ruby realiza mucha fotografía de desnudo. No obstante, muchas personas siguen viendo este tipo de arte como un tabú, sin importarles qué puede representar para la persona que lo hace.
“Yo antes me ocultaba muchísimo, o sea con ropa, siempre usaba ropa de manga larga, gorras y todo; a veces no tanto por el sol, sino para que la gente no me viera. Igual, cuando iban a tomar una fotografía familiar, a mí no me gustaban las fotos, o sea era de no, yo no quiero, me veo fea, me veo horrible.
«Entonces, en el momento que tuve la oportunidad de hacer un desnudo, yo dije sí, sí lo quiero hacer. Yo quiero mostrarme, quiero mostrar mi piel. Al momento de hacer una sesión de desnudo, yo sentía que con cada prenda que me quitaba era como liberarme de todos los prejuicios, todo lo que la gente me decía y bueno, y quiero transmitir eso con cada fotografía.”
Movimiento albino
Y como si fuera poco, Ruby también fundó el movimiento Albino Latino en el 2016 en Guadalajara. Comenzó siendo un evento en donde llevó un genetista, oftalmólogo y dermatólogo. La intención era orientar a las personas con albinismo, pero también a aquellos que no tuvieran la condición, pero quisieran aprender de ella. Pequeños pasos para combatir la desinformación de una condición que termina siendo discriminada por lo mismo.
“Explicábamos por ejemplo, pues que las personas con albinismo sufrían discriminación, que las personas con albinismo pues sufríamos con esta parte del sol, de la visión, porque muchos no saben que nos afecta mucho nuestra visión. Nosotros vemos, digamos un 40% de lo que ve un 100% una persona que ni tiene esta condición».
Fue tanto el éxito que Ruby comenzó a unir personas de diferentes Estados. Ahora, se va cada 3 meses a diferentes estados a reunir personas, hacer pláticas, y dar la orientación a los papás con bebés albinos; orientación que puede cambiar el curso de la vida de los pequeños. Asimismo, intenta llevar filtros solares y sombrillas con filtro solar dado que son de elevado precio, y muchos no pueden pagar.
Rompamos estereotipos
Ruby concluye al recordarnos que «intentar ser normal es el peor error que podemos cometer. Siento que nacemos tan únicas como para querer ser como los demás. Entonces, el mejor mensaje que puedo dejar es que se quieran tal y como son, y si se les dificulta es muy bueno pedir ayuda.»
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