Hoy en el Día Mundial de los Animales, me atrevo a hablar por primera vez del por qué me hice vegana. Así es: ni carne ni lácteos, “¿qué a poco comes pasto?” No, como frutas, verduras y legumbres, pero entiendo el punto.
Desde el preciso momento en que yo me hice vegana, supe que no iba a poder compartirlo con nadie. Jamás. Nunca. Era algo que tenía que hacer por y para mí misma. Nada más. Que nadie lo supiera. Mi secreto.
¿Por qué? Porque en el momento en que comienzas un régimen alimenticio que no cuenta con alimentos de origen animal, supe que la gente, de saberlo, me discriminaría por ello todo el tiempo. Y así fue. La gente asocia a los vegetarianos y los veganos, sin saber cuál es la diferencia entre ambos realmente, en un grupo “aparte” de personas.
La mayoría tienen las creencias de que los vegetarianos y los veganos somos como los Testigos de Jehová de la cadena alimentaria. Como que todo el tiempo será nuestra misión convertirlos, o algo parecido. Y no. Soy prueba viviente de que esto no es cierto.
A nadie le dije por mi cuenta acerca de mi régimen hasta que tuve que hacerlo. Ejemplo:
—¿Por qué no pediste hamburguesa?
—Ah, es que soy vegana.
—¿Qué?
—No como productos de origen animal.
—¿Por qué?
—Estoy en contra de la crueldad que sufren millones de ellos día a día.
—Ay, ¡ya! ¡No me quieras convertir, eh!
—No, yo sólo te explicaba mi razón. Me lo preguntaste.
—Tienes que respetar que yo tenga el mismo régimen que tú.
—Para nada, no. Yo sólo…
—Ustedes los vegetarianos siempre queriendo decir que tienen la razón.
—Bueno, no sabría decirte. Yo no soy vegetariana, yo soy vegana y no es lo mismo.
Casos como éste me topé todo el tiempo. Incluso con el mesero o barista, directamente:
—Disculpe, le dije que sin crema batida.
—Ah. Bueno, no te preocupes, no te cobro extra.
—No, no es eso. Es que soy vegana.
—Pero no tiene carne.
Pasa el tiempo un poco y te vas encontrando con otras (pocas) personas que comparten el mismo estilo de vida que tú. Y a veces puede surgir una amistad, pero no necesariamente. Que es algo que los carnívoros no entienden: si una persona es vegetariana como tú, no necesariamente van a ser mejores amigos. Mucho menos pareja.
Y, en cuanto a este punto, también quisiera aclarar que el veganismo no nos exime de tener una relación con un carnívoro. No, no vamos a imponer nuestro régimen ni mucho menos. Que cada quien coma lo que desee. En muchas ocasiones, la comida vegana o vegetariana, si es el caso, también llega a gustarle más a nuestra pareja.
Pero, por último, sólo quiero recordar que este día es por y para recordar a los animales. El darles un trato digno, empezando desde la calidad de vida que ofrecemos hacia nuestras mascotas. El saber que los animales no son un juguete, sino muchas veces un compañero de vida.