Not that kind of girl es la autobiografía que escribió la actriz, para contarle a sus fans, y a modo de terapia, las mejores y peores etapas de su vida. Pero pocos se esperaban una descripción tan detallada del abuso sexual que padeció a los 19 años en un campus universitario, con un compañero al que describe como el “infame republicano”.
En el capítulo que se titula Girls & Jerks, Dunham parte compartiendo su experiencia de una noche nefasta que tuvo con un compañero de Universidad, añadiendo que…
…Todo lo que sabía cuando me tropecé con él regreso a casa desde una fiesta, es que era un hosco, matón y un mal perdedor en el poker. ¿Cómo ello llevó a una relación sexual?, bueno, la repulsión puede convertirse rápidamente en “deseo” cuando se mezcla con los relajantes musculares correctos.
Continúa comentando que cuando ya estaban en su apartamento, se dio cuenta de que él no llevaba condón, por lo que le instó a irse de allí y dejarla sola.
“Oh,” dijo, como si estuviera tan sorprendido como yo por no llevar condón. Alargó la mano hacia mi de todos modos, pero le dije que se tenía que ir y arrojé su sudadera y botas por la puerta.
La historia de este capítulo queda acá, haciéndonos pensar que sólo ocurrió eso y que la situación no pasó a mayores, sin embargo, en el capítulo Barry, ella continúa el relato del muchacho del campus, comentando con detalles lo que ocurrió antes de la historia del departamente y, que en el momento, ella no consideró como demasiado importante.
Soy un narrador poco fiable, sobretodo porque en otro ensayo de este libro describo un encuentro sexual que ocurrió en este mismo campus y que habla sobre una niña que era nueva en el sexo y que no tuvo mayor opción. Pero en este, Barry me lleva al estacionamiento. Le digo que desvíe la mirada porque quiero orinar. Me bajo las medias para hacerlo y al segundo siento sus dedos dentro de mí. No sé si no podía detenerlo o simplemente no pude reaccionar para hacerlo.
Lena pensaba que esto había pasado porque ella había dado algún tipo de consentimiento, pero al comentarlo días después con una amiga, ella le dijo que no le diera más vueltas y que asumiera que eso era una violación. Lo único que atinó a hacer en ese momento fue reír.
Al principio pensaba que tenía el 50% de la culpa. Pensaba que había tomado estas pastillas y me llené con sustancias para encajar mejor en el ambiente. Tenía hambre por ver y conocer cosas, pero también se que en ningún momento di mi consentimiento para que él me tratase de esa forma. Yo nunca le di permiso para que fuese así de rudo, para que entrara en mi de esa forma. En lo más profundo de mí siempre supe esto, solo que me había impedido pensarlo mucho para no hundirme.
El caso de Lena Dunham es claro. No necesitamos de penetración sin consentimiento para constatar una violación. Cualquier tipo de roce, toque o actitudes sexuales sin tu consentimiento deben ser consideradas como abusos sexuales. Entender que esto sucede a mujeres comunes y corrientes y a famosas, también da una idea de lo difícil que es asumir lo que sucede en estos caos. Pero de cualquier forma, siempre será mejor contar y pasar por este proceso acompañada, antes que guardarse las cosas por temor o por estar “amenazadas”.
Aquí puedes encontrar información para denuncias en Chile y México.