Con el caos que se vive en la gran urbe que es la Ciudad de México y las pocas oportunidades que hay de empleo, han surgido nuevos oficios donde antes no veíamos que las mujeres participaran frecuentemente.
Uno de estos oficios son las taxistas; aunque sólo de 350,000 operarios de taxi, microbús y camión escolar el 1% son mujeres, cada vez podemos ver a más señoras al volante. A diferencia de Europa y Estados Unidos donde es mucho más frecuente y en España, por ejemplo, la primera taxista data de 1965.
Debido al grado de segregación laboral y la inseguridad en la que trabajan las mujeres, el Centro para el Fomento de la Educación y Salud de los Operarios del Transporte Público de la Ciudad de México, Asociación Civil (CENFES A.C.), , organismo sin fines de lucro que evalúa y brinda formación integral a los taxistas para que puedan obtener su licencia – tarjetón para trabajar, apoyó a un grupo de 70 mujeres para que constituyeran la asociación civil Mujeres Operarias en Movimiento.
Muchas de ellas son madres y jefas de hogar y se vieron en la necesidad de tomar el taxi para salir adelante y mantener a sus familias, pero están muy orgullosas y convencidas de ser taxistas porque también les da la oportunidad de manejar un horario más flexible y a la vez desarrollarse profesionalmente.
El CENFES AC las ha apoyado para enfrentar y buscar alternativas a los problemas que encuentran de manera cotidiana en la gran ciudad. A través de una formación integral permanente en temas como: mecánica, primeros auxilios, desarrollo humano, derechos humanos, equidad de género y liderazgo poniendo especial énfasis en el empoderamiento de las mujeres, además de conocimientos en patrimonio cultural por ser la Ciudad de México un gran destino turístico.
Ellas tienen como meta ofrecer el taxi más seguro de la Ciudad de México y les gustaría incorporar una mayor tecnología que beneficie a los usuarios y usuarias. Quieren que la sociedad en general y sus compañeros de trabajo las reconozcan como operarias seguras y de gran calidad, que no se les discrimine por ser mujeres.
La ciudad está en permanente movimiento y la incorporación de la mujer al gremio del transporte público es prueba de ello. El Distrito Federal se ha caracterizado por ser un espacio en donde los ciudadanos han luchado por conquistar espacios de tolerancia, respeto e inclusión. Ejemplos como estos son de admirarse ya que además de enfrentarse al machismo que puede surgir por dedicarse a un oficio tradicionalmente “masculino”, se enfrentan a las inseguridades propias de la gran ciudad.
Este puede ser un buen avance para asegurar la equidad de género en el oficio de taxista, sin embargo todavía hay que trabajar mucho para además de dar las oportunidades a las mujeres para poder ejercer todo tipo de trabajos, hay que facilitar las condiciones necesarias para que se desarrollen de la mejor manera y que no les cueste más trabajo por el solo hecho de ser mujeres. Para esto se necesita mucha educación a la población y políticas públicas dirigidas específicamente al tema.
Si un día te subes a un taxi y está una mujer detrás del volante, ten la seguridad de que llegarás a tu destino con una historia que contar, una historia que habla de lucha, tesón y determinación… ¡buen viaje!