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Cuando el curao’ se pone latero

No siempre los ebrios son simpáticos

Hay de todo tipo de ebrios o a la chilena, curaos. Está el curao buena onda, el curao que le da por dormir, el curao latero, que se pone profundo. El melancólico, el agresivo, el llorón y sin duda el más hincha pelotas: El curao caliente.

Me ha tocado conocer a todo tipo de minos curaos y también tener algo serio con más de alguno. Por ejemplo, no falta el huevón que se le va el copete a la cabeza y se quiere ir a acostar. Una vez me tocó salir con un tipo que se las daba de galán. Me invitó a una junta con sus amigos, después fuimos a bailar y para terminar la velada perfecta, nos fuimos a su casa. Todo estaba perfecto hasta que se me ocurrió ir al baño. Al parecer me demoré más de lo normal, porque me dio por arreglarme un poco. El problema es que al volver, cuando ya estaba todo listo para ponerle el broche de oro a la noche, el mino se había quedado dormido. El típico curao flojo. Así que si vas a salir con una mina que supuestamente le prometiste hacerle pasar un rato genial, mejor calcula antes las piscolas que resistes antes de quedarte raja.

También he pasado por el curaito de discoteque. El que te empuja, te tira copete en la ropa, cuando se acerca para bailar te agarra del poto y se te tira para darte un beso a la segunda canción. Esos dan risa, pero si sonde los que te persiguen por todo el recinto, dan ganas de pegarles. Otro curao, es el impotente. Que son esos típicos que quieren hacerse el galán en la cama, pero no entienden que curadera con potencial sexual no van de la mano. Si te topas con ese, mejor detén la cita en ese instante y te vas para tu casa o a otra fiesta.

No hay nada más típico de los curaos, que al día siguiente se olvidan de todo. No es difícil escucharlos decir “Oye disculpa, no me acuerdo de nada, parece que se me pasó un poco la mano con las piscolas”, y ahí quedan flor. Tú te quedaste en su casa, pasaron una noche loca juntos y te pidió que por favor te quedaras hasta la mañana con él. Al otro día, se hacen los lesos y si son de los ebrios cara de raja, te mira con cara de “qué haces aquí en mi cama”. Esos nunca faltan.

Al final, los que más lata me dan son a los que le entra agua al bote y se ponen agresivos y calientes, y más encima, es tu mino. Jamás me ha molestado que una pareja tome o se cure, por supuesto que no tiene que ser en exceso y menos, ponerse desubicado, como alguna vez me pasó. Hace un tiempo un pinche -cuyo nombre no revelaré- me acompañó al cumpleaños de mi mejor amiga. Todo iba bien, yo no tomé porque estaba manejando y a él se le pasó algo la mano. En un momento, perdió un poco el equilibrio con la alfombra que estaba un poco arrugada y casi se cae. Todos nos reímos de él y se amurró. Al rato nos tuvimos que ir y más encima cuando lo dejo en la puerta de su casa, no encuentra nada más lindo que hacerme el tremendo show porque según él, lo había humillado. Jugoso. Al mismo tiempo, se le anduvo pasando la idiotez y le dio con que quería que tuviéramos un encuentro desenfrenado en el auto. Jugoso al máximo, más encima, caliente y bruto.

Y tu ¿has tenido alguna buena o mala experiencia con un curao’ latero?

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